En Colo Colo se esperaba el pronto fichaje del defensa central de Peñarol, Fabricio Formiliano, sin embargo el presidente del club uruguayo salió al paso y diluyó completamente la posibilidad de que el zaguero de 28 años arribe como refuerzo al plantel dirigido por Gustavo Quinteros.
En medio de las bajas, el entrenador del Cacique ha manifestado públicamente su molestia con la directiva de Colo Colo por el tema de refuerzos y hasta manifestó que no será responsable si al cuadro albo le va mal.
Luka Tudor, y hasta Marcelo Vega y Fernando Astengo, han sido duros al opinar de Gustavo Quinteros, manifestando que a su juicio el DT simplemente se está poniendo el parche antes de la herida, por si acaso…
“Yo creo que (el tema refuerzos) está medio muerto no más, qué se le va a hacer. Pero hay algo que quedó en el aire ayer entre tantos dimes y diretes: Gustavo Quinteros no ha tenido una sola palabra para Daniel Gutiérrez, que va a jugar el próximo fin de semana contra Cobresal, va a tener que estar. Hay algo ahí que no está cuadrando”, dijo este martes Juan Cristóbal Guarello en Radio ADN.
El destacado periodista nacional agregó que “si no está Formiliano no está no más. Hay dos posibilidades: o diriges y te olvidas, o renuncias. Pero ya está”.
“Que no vaya a perder en El Salvador, porque ahí vamos a tener mambo. Por qué cada vez que le ponen el micrófono habla del central y del nueve. ¿Por qué no hace esos reclamos de forma interna? Mejor que hable del central que tiene”, complementó.
Tras las frases de Guarello, tomó la palabra Luka Tudor: “me llama la atención que sólo sea Formiliano. Que Quinteros esté obsesionado con él, y no diría que es menor que pertenece a un grupo de empresarios o inversionistas. Esto tiene trabado el tema porque claramente se dice que con Peñarol no se ha hablado y lo quieren sacar, seguramente lo quieren sacar los dueños, los inversionistas. Hay algo raro”.
El ex delantero sentencia que “Quinteros dijo que no era responsable… cómo no va a ser responsable. O sea, está buscando que lo echen. Los dirigentes están cabreados, emputecidos”.