En el fútbol chileno son pocas las familias que son una verdadera dinastía. Y desde 1984 que el apellido Arancibia es recurrente en la actividad, ya sea con Franz, Leopoldo, Eduardo o Roque, y ahora con Francisco, que continúa con un legado algo extraño.

Y es que ahora, el más pequeño de la familia asume el desafío de seguir escribiendo el relato de uno de los apellidos más recurrentes del balompié criollo, ahora en el Deportivo Garcilaso de la Liga 1 de Perú.

Sin embargo, la historia de la familia tiene un comienzo con Franz Arancibia, conocido como el “hijo del viento”, es el punto de partida de un clan que sabe al dedillo como funciona la profesión.

Fue el hijo del viento y es parte de una dinastía del fútbol chileno: Hoy trabaja en poblaciones

Con 58 años, el presente de Franz Ramón Arancibia Unger sigue ligado al fútbol. Si bien su retiro deportivo fue hace más de 24 calendarios, en Deportes Melipilla, su huella es profunda en el fútbol chileno.

Con 87 goles a nivel de clubes, comenzó en Magallanes e incluso tuvo un paso por el fútbol europeo en el Saint Gallen de Suiza, e incluso fue nominado por la selección chilena en 1996.

Hoy, en conversación con RedGol se anima a contar varias historias, entre ellas dónde nace el apodo de “el hijo del viento”, que no se genera en Santiago, sino que muy lejos de la capital.

Fue un periodista de Temuco que me puso “el hijo del viento”. Cuando me contrató Temuco, el primer año, el 92, jugamos contra un equipo ruso, un amistoso, y le ganamos 3-1 y yo volaba por el lado derecho y ahí me puso “el hijo del viento”. No me acuerdo quién es, se la cara, pero me acuerdo de la cara de él”, dice Otto Arancibia a nuestra casa.

-Era difícil reemplazar en su momento a otro que era rapidísimo como el Hueso Basay…

Exactamente, ahí el Hueso Basay se fue a Everton.

-¿Tú debutas en 1986?

Debuté en 1986 contra Católica ahí en el Municipal de San Bernardo.

-¿Quién te bautizó como Otto?

Eso fue el tata, el papá de mi padre, mi abuelo por parte de mi papá. Mi abuelo por parte de mi mamá era alemán, se llamaba Franz, entonces cuando nací era muy blanco con pelo blanco, y ahí mi tata me puso Otto, y todos mis amigos me dicen así”.

Y hoy por hoy, ¿en qué está Franz Otto Arancibia?

Yo trabajo, llevo 20 años acá en la municipalidad de El Bosque, trabajo en el Departamento de Deportes, hago talleres en las poblaciones y tenemos la escuela municipal el día miércoles y sábado, con cuatro compañeros más.

-Bueno, te dedicas a estar con los niños, a ayudar a la gente. Siempre tuviste esa capacidad para llegar. ¿Por qué nunca fuiste DT de un equipo grande, por ejemplo?

Nunca, nunca me gustó, nunca me llamó la atención ser director técnico de un equipo o ser director técnico de las cadetes. Siempre me llamó la atención estar en las poblaciones, de tratar de sacar niños. He sacado niños y están en Cobreloa, hay en Unión Española, en Universidad de Chile… Entonces yo te digo, eso es lo que yo quiero, sacar niños. Por que acá en El Bosque es una comuna muy complicada en la parte de la drogadicción.

Hoy, el trabajo de Franz Otto Arancibia junto a menores en las poblaciones de El Bosque, su comuna natal. Foto: Cedida.

-Nunca te moviste, siempre en tu comuna…

Siempre acá, siempre acá. Estoy contento con lo que hago, los chicos lo pasamos súper bien, voy todos los días de lunes a viernes a dos poblaciones, y el día sábado tenemos la escuela municipal que trabajamos desde la mañana, desde las 8 de la mañana hasta las 12 del mediodía. Y aparte el día lunes en la noche tenemos la escuela para adultos.

-En ese sentido haces mucha vida social, de mucha ayuda. También entiendo que repartían comida, remedios, las hacían todas.

Si, aparte que acá en la comuna de El Bosque tiene todos los deportes. Tenemos tenis, ping-pong, danza, ballet, patinaje, yoga, karate, yudo, escalada, fútbol.

El presente de Franz Otto Arancibia en El Bosque, trabajando con niños. Foto: Cedida.

-Igual le pegas algo al karate o no

No, no, no, no. Donde estoy jugando harto y me gusta mucho es el tenis. Estoy jugando harto los fines de semana, pero el karate no, ahí están mis compañeros que son profesores y saben mucho de esa práctica.