Esteban Paredes puso punto final a su carrera futbolística. Una trayectoria donde demostró toda su clase frente al arco rival, metiéndose por la puerta ancha de la historia del fútbol chileno como uno de los más grandes goleadores de todos los tiempos.

Un lazo con el gol que empezó a escribirlo el 18 de marzo de 2001. Defendiendo a Santiago Morning ante la U, en un partido jugado en el estadio Santa Laura, jamás imaginó que empezaría a escribir un cuento mágico que maravilló a muchos hinchas.

Esa vez le marcó un gol a Johnny Herrera, quien sería uno de los arqueros a los que más anotaciones le marcó en su vida. Entrando por la izquierda del área universitaria, metió un zurdazo rasante al segundo palo que se le coló al meta azul.

Pasaron 21 años y 1 día para que anotar su último tanto. En el mineral de El Salvador, el 19 de marzo de este año ante Cobresal, pareció retroceder el tiempo: encaró a Francisco Alarcón, se lo llevó en velocidad y definió con un zurdazo al primer palo de Leandro Requena.

Fueron 7.671 días los que pasaron entre ambas jugadas. Toda una vida para chicos que nacieron en este siglo. Y que si no lo vieron jugar, se acordarán por el tremendo poder de fuego que mostró siempre frente a sus adversarios.

Es más: completó 367 goles en su carrera. El segundo chileno que más goles anotó como profesional, detrás de Osvaldo Castro. El Pata Bendita le hizo honor a su apodo y marcó 376 en su carrera. Una marca que Paredes ya no podrá pillar.