El duelo de Magallanes ante Cobreloa se suspendió. La ANFP había programado el regreso del fútbol nacional en medio del conflicto social haciendo oídos sordos a las voces que advertían que no estaban todas las condiciones.

¿Pero qué sucedió? Con los trabajadores de la Corporación Municipal de La Pintana adheridos al paro nacional, el encargado del estadio no prestó el reducto y le comunicó a la alcaldesa, Claudia Pizarro, que una turba se encaminaba hacia el reducto deportivo. Así las cosas, Pizarro sentenció la suspensión del partido que se iba a jugar a puertas cerradas sin público.

In situ, el presidente de la ANFP, Sebastián Moreno, aseguró que las condiciones de seguridad estaban garantizadas y coordinadas con Carabineros, el Sifup, los jugadores y ambos clubes, escapándose de las manos de Quilín.

Errores más, errores menos, Magallanes y Cobreloa quedaron literalmente vestidos para el duelo y debieron retirarse del estadio, con la molestia de los loínos por haber viajado en vano una vez más luego de manifestar su idea de que el duelo no se jugara desde hac varios días.