La crisis en el fútbol chileno está desatada. Tras el anuncio de paralización de actividades por parte de los árbitros nacionales, la ANFP citó a un consejo de presidentes extraordinario para ver los pasos a seguir. Previo al cónclave, se le comunicó a Javier Castrilli, hasta ahí jefe de la comisión arbitral, y sus asesores directos Braulio Arenas y Osvaldo Talamilla, que quedaban suspendidos de sus funciones mientras se procedía a una investigación. El argentino no aceptó y, ante esto, fue despedido, misma suerte que corrieron sus subalternos.
Esta decisión esperaba revertir la medida de los jueces, quienes se reunieron en asamblea paralela a la que se desarrollaba en Quilín y con más de un centenar de votos a favor, decidieron continuar con el paro. ¿El motivo? Además de la salida de Castrilli, Arenas y Talamilla, el petitorio para sentarse a conversar incluía el regreso de los 14 árbitros despedidos por el ex juez trasandino, algo a lo que desde la ANFP no accedieron, al menos de manera inmediata.
Cabe destacar que esta semana Castrilli cesó de sus funciones a 11 árbitros, entre los que se incluían los FIFA Julio Bascuñán, siempre destacado por el Sheriff, y Piero Maza. La acción ocurrió justo después de que se supiera que ellos habían opinado en una asamblea en contra de las decisiones de la comisión arbitral, por lo que fue tomado, derechamente, como una represalia, gatillando la movilización.
Entretanto, el Sifup avisó que están del lado de los árbitros y que esperarán hasta el mediodía de este jueves. Si no hay una solución y no se ha depuesto el paro, los futbolistas están por suspender la fecha del fútbol profesional programada para este fin de semana.