Arturo Vidal no lo estaba pasando del todo bien en el Inter de Milán. Antonio Conte le había llamado la atención y lo sentó en la banca tres veces en tres semanas, muy lejos del protagonismo que le atribuía cuando llegó desde Barcelona.

Motivos hubo varios. La expulsión ante Real Madrid por Champions League fue lo primero que le cortó la leche al chileno. Luego vinieron las críticas por su puesta a punto, ya que su arribo se produjo apenas una semana antes del comienzo de la presente temporada.

Pero El King está acostumbrado a golpear la mesa, y así lo demostró en el choque de Copa italia que Inter le ganó a la Fiorentina a domicilio (2-1), en el alargue y con el agregado de que le permitió clasificar a los cuartos de final de la Copa Italia.

La particularidad radica en que Vidal no estaba incluido entre los titulares del cuadro lombardo ante el elenco viola. De hecho, la cuenta oficial del Inter no lo anunció en el once inicial y luego oficializó el cambio en la formación.

El chileno reemplazó a Franco Sensi, quien se lesionó en el entrenamiento precompetitivo en la cancha del Artemio Franchi. Y como buen boy scout, se puso a las órdenes de Conte en una posición que le inventó precisamente el técnico italiano.

Fue en el paso de Vidal por la Juventus cuando el allenatore decidió adaptarlo como mediocampista ofensivo, una especie de aduana previa al ataque, posición que es más natural para Sensi pero que el Rey Arturo asumió con total autoridad.

El resultado es por todos sabido. El chileno regaló músculo y recibió un poderoso estímulo. Aunque el designado era Alexis Sánchez, remató el lanzamiento penal que correspondió a la apertura de la cuenta ante la Fiore.

La tarea fue bien calificada por la prensa italiana, con un 6,5 de promedio entre los principales medios del calcio, pero por sobre todo por Conte, que ahora valorará con otros ojos la presencia de Vidal en el Derbi de Italia, este domingo ante la Juventus.