Qué se puede decir de Arturo Vidal a estas alturas. Sólo agregar que un día cualquiera de su carrera es historia para cualquier futbolista y que incluso en la derrota, se da mañana para ser el mejor frente a los mejores.

No era simple la labor del King en el corazón de la selección chilena ante Uruguay por Eliminatorias Qatar 2022. Cubrió prácticamente todo el espacio entre las dos áreas del estadio Centenario y le ganó en lo guapo a los más guapos. Fue el Espartaco de La Roja.

Al frente tenía nada menos que a Federico Valverde y Rodrigo Bentancur. Tienen diez años menos que el gladiador chileno, son titulares en el Real Madrid y Juventus, y así y todo no pudieron con la cuadrilla de Reinaldo Rueda, liderado por un Vidal omnipresente.

Los números así lo demuestran. Dio más pases que los dos jóvenes uruguayos (77), fue el más preciso en la cancha (89%), los dobló en duelos disputados (18) y ganó nueve, el más alto indicador en el Centenario. Se quitó la corona y luchó como un obrero.

 

 

La cuenta no termina. Vidal dobló en intercepciones (5) a los mediocampistas celestes, también en despejes (4) y duelos aéreos ganados (4). Y sólo estuvo abajo en dos indicadores: faltas cometidas (ante Valverde) y efectividad en campo contrario (ante Bentancur).

A eso le agrega un capítulo no menor. Bentancur tuvo que salir por pegarle tanto a Alexis Sánchez. Con un árbitro más riguroso se iba expulsado, pero ya sabemos que el payaseo estuvo a la orden del día con el pito de Éber Aquino.

Frente a eso Vidal, el impetuoso de Chile, el que iban a provocar, el que perdía el control; se mantuvo en todos sus cabales con una concentración asombrosa. ¿Nos hubiera gustado que presionara más al árbitro? Quizás. Pero después no nos quejemos tampoco.

Son todos indicadores de un Rey Arturo que se presentó en su cuarta eliminatoria por La Roja y con el fuego encendido de la Generación Dorada. Una actuación que debemos atesorar más que el desenlace miserable protagonizado por el réferi.

 

 

¿Qué viene ahora? Todo para arriba, ojalá. El próximo martes la selección chilena será anfitriona de Colombia en el Estadio Nacional (21:30 horas), por la segunda fecha del camino sudamericano al Mundial de Qatar.

Será ocasión para que el Guerrero se enfrente a Wilmar Barrios, Jefferson Lerma o Matheus Uribe, todos capacitados y en el fútbol europeo, con la obligación de escoltar a James Rodríguez. Pero Vidal y su piquete ya tienen pintura de guerra.