Un verdadero contrasentido. El principal recinto deportivo del país, el Estadio Nacional, le comunicó esta semana a Universidad de Chile que no está en condiciones de cumplir con la reserva programada por los azules para un eventual partido de semifinales de Copa Chile y el duelo de la próxima fecha del Campeonato Nacional, en diez días.

¿La razón? La cancha está para la miseria, inutilizable. Todo después de la avalancha de conciertos musicales que ha albergado el gramado en el último mes: cuatro de Coldplay, tres de Daddy Yankee y uno de Guns N' Roses. Y todavía quedan dos de Bud Bunny y el acto de clausura de la Teletón.

De esta manera, el principal recinto deportivo del país ahora parece ser el principal recinto musical o de eventos. De hecho, durante 2022 sólo se podrá contabilizar un partido de fútbol oficial en su dañado césped: el clásico que disputaron en agosto Universidad de Chile y Universidad Católica, con triunfo cruzado por 3-0.

Con la premura de las fechas, la U ya está buscando estadio y Valparaíso aparece como opción para una eventual semifinal de copa, así como Santa Laura es la alternativa para el choque ante Everton por la liga. Del Estadio Nacional habrá que olvidarse hasta el próximo año en materia futbolística.

Vale destacar que el coloso de Avenida Grecia se encuentra en refacciones para alistar su infraestructura con miras a los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023, que si bien no incluyen de manera importante al coliseo central, sí obstruyen accesos y vías de escape para eventos masivos.

Por esta razón, no sólo Universidad de Chile tuvo que prescindir de su tradicional localía en Ñuñoa, si no que también la selección chilena, que debió emigrar al estadio San Carlos de Apoquindo e incluso al Zorros del Desierto de Calama para ejercer como anfitrión en las últimas eliminatorias sudamericanas.

 

 

En comunicación con Redgol, el Ministerio del Deporte aseguró que la administración del estadio le corresponde al Instituto Nacional de Deportes. Desde esa oficina, se aseguró que "efectivamente la cancha tiene un impacto por los recitales. Las mediciones y los trabajos hacen que no sea recomendable su uso".

"La cancha está en recuperación, no en estado terminal. Eso sería el cambio completo de césped, con tres o cuatro meses de inactividad", precisaron desde el IND.