Una semana digna de Halloween es la que vivió Pablo Aránguiz. Hace unos días fue acusado de golpear a un guardia en la cabeza, lo cual le valió el castigo por parte de Universidad de Chile que no lo consideró para jugar la Copa Chile ante Unión Española, el miércoles pasado.

Sebastián Miranda revirtió esta medida de cara al torneo nacional, pues la U contaba con muchas bajas y volvió a la citación. Fue suplente y a los 56' ingresó por Franco Lobos, para revertir la goleada que el Bulla sufría ante los acereros.

Sin embargo, demostró estar con la cabeza en cualquier parte. Esto porque llevaba apenas siete minutos en la cancha cuando fue a marcar a Bastián Roco en la mitad de la cancha, en una jugada que no tenía ningún tipo de incidencia.

Ahí fue cuando al ex Unión Española se le salió la cadena, ya que fue a buscar al rival con el antebrazo muy en alto, golpeándolo en el rostro. De inmediato el árbitro Felipe González determinó la expulsión, por la acción desatinada de Aránguiz.

Dejó a su equipo tontamente con 10 jugadores, algo que la hinchada no dejó pasar. Cuando se dirigía a camarines, se acercó parte de la barra para gritarle y recriinarle su actuar, dejando en claro que la paciencia con el volante que llegó como promesa se terminó.

De hecho la dirigencia de Universidad de Chile planea dejarlo partir para la próxima temporada, pues no ha sido capaz de ser un jugador importante en las tres temporadas que lleva con la camiseta de los azules y se le buscará un nuevo elenco para que vaya a préstamo la próxima temporada.