Uno de los clásicos de Semana Santa es ver las distintas piezas audiovisuales que se dan sobre la vida y obra de Jesús. Estas nos han entregado la imagen que todos tenemos en el subconsciente sobre cómo luciría Cristo. Sin embargo, expertos difieren con la apariencia que tiene en el cine.
A lo largo de los años ha perdurado la imagen de Jesús tal como lo vemos en la famosa película Jesús de Nazaret. Un hombre alto, delgado, pelo largo color castaño y ojos azules, entre otras características. Incluso así fue pintado en la famosa pintura de la última cena de Leonardo Da Vinci. Aunque claro, la llegada de Semana Santa trae consigo una pregunta habitual.
¿Cómo era realmente Jesús?
De acuerdo a los expertos y teniendo en consideración los rasgos de la época, zona geográfica y las pruebas que existen, llegan a la conclusión que Jesús habría sido bajito, moreno y con el pelo recortado, además de que sus ojos no habrían destacado mucho sobre los demás, como uno consideraría a partir de su imagen del cine.
“Los judíos de la época eran biológicamente similares a los judíos iraquíes de hoy en día, así que creo que (Jesús) tenía cabello marrón oscuro a negro, ojos castaños, piel morena, un hombre típico de Oriente Medio”, afirmó la historiadora neozelandesa Joan E. Taylor, en un artículo publicado por la BBC.
“(Jesús) ciertamente era moreno, considerando la tez de personas de aquella región y, principalmente, analizando la fisonomía de hombres del desierto, gente que vive bajo el sol intenso”, indicó el especialista en reconstrucción facial forense, Cícero Moraes, para el mismo medio mencionado anteriormente.
Uno de los principales problemas que ha impedido reconstruir la imagen real de Jesús, es que en el Nuevo Testamento, donde se narra su vida, carece de información sobre su físico. A juicio de los expertos, esto indica que sus ideas siempre fueron más importantes que su apariencia.