El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición crónica que afecta a niños y adolescentes, extendiéndose en muchos casos hasta la adultez.

Según un informe reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC),aproximadamente 1 de cada 9 niños entre 3 y 17 años ha sido diagnosticado con TDAH, representando un aumento significativo y una creciente preocupación de salud pública.

¿Qué es el TDAH?

El TDAH se caracteriza por una combinación de síntomas persistentes como la dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.

Estos síntomas pueden causar baja autoestima, problemas en las relaciones y un menor rendimiento escolar. El trastorno es parte de la neurodiversidad, afectando tanto a niños como a adultos.

Incremento en los Diagnósticos

Un estudio publicado en el Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology reveló que en 2022, 7.1 millones de niños y adolescentes en Estados Unidos habían sido diagnosticados con TDAH.

Un aumento de un millón en comparación con 2016. Este incremento podría deberse a una mayor conciencia sobre el trastorno y sus diferentes manifestaciones.

Algunas señales de alerta del TDAH

  • Dificultad para prestar atención
  • Facilidad para distraerse
  • Errores por descuido en tareas
  • Dificultad para escuchar
  • Impaciencia y poca capacidad para esperar su turno
  • Inquietud constante
  • Hablar en exceso e interrumpir a los demás

Factores de Riesgo y Diagnóstico

El TDAH puede ser influenciado por factores genéticos, neurobiológicos y ambientales. Los niños con padres o familiares con el mismo diagnóstico, aquellos nacidos prematuramente, o cuyas madres estuvieron expuestas a sustancias tóxicas durante el embarazo, tienen un mayor riesgo de desarrollar el trastorno.

El diagnóstico y tratamiento temprano del TDAH son cruciales para mejorar la calidad de vida de los afectados. Los tratamientos combinan medicación, psicoterapia y estrategias educativas. El objetivo es controlar los síntomas y prevenir complicaciones a largo plazo, como problemas académicos y sociales, y mejorar la autoestima.

El tratamiento del TDAH suele involucrar un enfoque multidisciplinario, que incluye:

  • Psicoterapia: Para enseñar habilidades de resolución de problemas, control de impulsos y organización.
  • Medicamentos: Para mejorar la atención y el autocontrol.
  • Modificaciones en el entorno escolar/laboral: Estructuras claras, tiempos de descanso programados y apoyo adicional si es necesario.

A pesar del aumento en los diagnósticos, solo alrededor de la mitad de los niños diagnosticados con TDAH reciben medicación, a menudo debido a creencias equivocadas sobre su uso.

Sin embargo, estudios han demostrado que los medicamentos no aumentan el riesgo de abuso de drogas y son efectivos para controlar los síntomas del TDAH.

El aumento en los diagnósticos de TDAH refleja una mayor conciencia y comprensión del trastorno. Es fundamental que los padres, educadores y profesionales de la salud trabajen juntos para identificar y tratar el TDAH a tiempo, proporcionando a los niños afectados las herramientas necesarias para alcanzar su máximo potencial.