La Organización de las Naciones Unidas (ONU) abre hoy en Nueva York una conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear, la primera en siete años y que estará marcada por las tensiones de la guerra en Ucrania, las negociaciones con Irán y el programa atómico norcoreano.
El Tratado de No Proliferación Nuclear, que se se abrió a la firma en 1968 y entró en vigor el 5 de marzo de 1970, se prorrogó indefinidamente el 11 de mayo de 1995. Con 191 Estados partes, es el tratado del ámbito de la no proliferación nuclear, los usos pacíficos de la energía nuclear y el desarme nuclear con mayor número de adhesiones. En el marco del TNP, los Estados no poseedores de armas nucleares que son Partes en el Tratado se han comprometido a no fabricar o adquirir de otra manera armas nucleares u otros dispositivos nucleares explosivos, mientras que los Estados poseedores de armas nucleares que son Partes en el Tratado se han comprometido a no ayudar, alentar o inducir en forma alguna a ningún Estado no poseedor de armas nucleares que sea Parte en el Tratado a fabricar o adquirir de otra manera armas nucleares u otros dispositivos nucleares explosivos.

 

Los efectos de la bomba atómica en Nagasaki el 9 de agosto de 1945. (GETTY IMAGES)

Los efectos de la bomba atómica en Nagasaki el 9 de agosto de 1945. (GETTY IMAGES)

¿Qué dijo el secretario general de la ONU?

Como adelanto a la cita, el secretario general de la ONU, António Guterres, lanzó una dura advertencia, al señalar que el mundo está "a un sólo malentendido o un error de cálculo de la aniquilación nuclear (...) La humanidad corre el peligro de olvidar las lecciones forjadas en las aterradoras llamas de Hiroshima y Nagasaki".
El jefe de Naciones Unidas acusó que el ideal del desarme está cada vez más lejos porque los países buscan "una falsa sensación de seguridad", gastando "cientos de miles de millones de dólares en armas del fin del mundo que no tienen cabida en nuestro planeta".
Según el secretario general de la ONU existen casi 13.000 armas nucleares almacenadas y lamentó el riesgo que eso plantea ante crisis como las que se viven en Ucrania, Irán o Corea del Norte. "Hemos tenido una suerte extraordinaria hasta ahora, pero la suerte no es una estrategia. Tampoco es un escudo contra las tensiones geopolíticas que desembocan en un conflicto nuclear", concluyó.