El plebiscito del 4 de septiembre entregó un rotundo triunfo al Rechazo a la propuesta de Nueva Constitución. En ese escenario, el movimiento Amarillos por Chile, liderado por Cristian Warnken, tuvo una alta participación en la campaña de la opción ganadora.
Tras su mediática performance, Amarillos por Chile entró en una zona de silencio. Y en esta jornada, 80 días después del plebiscito, el partido político en formación entregó hoy su propuesta constituyente. "El Rechazo no sólo (sic) fue al texto presentado, sino también al proceso mismo, que se caracterizó por su falta de seriedad, sectarismo e intolerancia. Los chilenos, en su mayoría, quieren una nueva Constitución, pero no retomar el fracasado proceso anterior, repitiendo los mismos errores y falencias", dice el texto.
Luego agrega que "durante las últimas semanas han surgido diversas propuestas que parecen querer repetir lo mismo. El país no está disponible para eso. Menos en las actuales circunstancias de inseguridad, incertidumbre y crisis económica. No podemos arriesgar hacer una Convención como la que ya tuvimos: tenemos que ser responsables con Chile".
Amarillos por Chile apuntó, como la mayor novedad de su ideario, contar con un Consejo Constituyente "elegido democrática e íntegramente por el Congreso Nacional, en que estén representadas las distintas sensibilidades y visiones políticas, el que asuma la tarea de redactar en el menor plazo posible una nueva Carta Magna, partiendo de los doce puntos del pre acuerdo constitucional en los que se ha venido trabajando las últimas semanas".

De tal forma, "eso obligará a llegar a grandes acuerdos, la única manera de avanzar hacia el futuro para enfrentar los difíciles desafíos y amenazas que hoy enfrenta el país. Chile no quiere una nueva Convención, quiere una nueva y buena Constitución".
Luego expresan que "una vez que se llegue a un texto que suscite un amplio consenso, se lo someterá a Plebiscito. Será un proceso íntegramente democrático, en el que, por un lado, validaremos las instituciones de nuestra democracia representativa y, por otro lado, la ciudadanía tendrá la última palabra".
El movimiento hizo un llamado "a los líderes y representantes de todos los partidos y coaliciones políticas que participan en la negociación para un nuevo proceso constituyente, a confiar en el Congreso elegido democráticamente y apoyar esta propuesta que presentamos, que estamos seguros interpreta el sentir mayoritario del país".