Tyler Graf es un hombre común y corriente, de 38 años, que vive en Houston, Estados Unidos. Nació en 1983 y fue adoptado. Lo que no sabía es que su adopción se debe a uno de los tantos procesos ilegales de los que se tiene registro, ocurridos bajo la dictadura de Augusto Pinochet.

Graf es un bombero de Estados Unidos. Tiene una esposa y un hijo y un pasado que acaba de descubrir.

Respecto a su familia, señaló haber sido “adoptado por una familia muy amorosa y cariñosa”. Eso sí, le impresionó “saber que mi historia comenzó antes que me adoptaran. Entonces, es como perderse los primeros cinco minutos de película”.

Su historia la descubrió luego del nacimiento de su hijo, cuando trató de buscar datos de su familia biológica. En medio de esa indagatoria fue cuando se enteró su origen chileno.

“Fue entonces cuando me sentaron y me dijeron quién era yo, cómo saben quién soy y cuál es la verdadera historia de fondo”, afirmó el hombre.

Adopciones ilegales en dictadura

Desde la fundación Hijos y Madres del Silencio estiman que hubo al menos 8.000 adopciones ilegales, entre los más de 20 mil procesos de adopción que se hicieron hacia el extranjero, entre 1973 y 1990. La organización contabiliza más de 12.000 robos de bebés para su adopción ilegal (tanto en Chile como en el extranjero) y hasta el 2021, lograron facilitar más de 250 encuentros.

 

El de Tyler Graf es uno de los miles de casos y en esta ocasión, el bombero pudo reencontrarse con su familia biológica. Su madre, Hilda Quezada Godoy, no podía creer la noticia cuando supo que su hijo nacido en 1983, el mismo que le dijeron que estaba muerto, finalmente sí está vivo. “Quería gritar”, señaló la mujer.

Gracias al encuentro, Graf pudo conocer a sus hermanas y el resto de su familia biológica y tras su visita a Chile comentó que lo recibieron con “los brazos abiertos y un gran corazón lleno de nada más que apoyo y amor”.