Una reciente subasta de un Mustang generó un récord en cuanto a venta, ya que se vendió en 5,41 millones de dólares, siendo el precio más alto que se ha pagado por un vehículo de Ford.
Esta suma se debió a que el auto tiene el honor de haber sido el que manejó Steve McQueen en la película Bullitt (por eso este modelo se conoce con ese nombre).
Este auto se vendió tras finalizar la película en 3.500 dólares a un funcionario de los estudios Warner y luego a Robert Kiernan, un detective de Nueva York, quien lo usó durante 40 años hasta su muerte en 2014.
Tras varios años desaparecidos, el hijo del detective fue quien lo encontró para luego venderlo al histórico precio, que comenzó en la subasta en 3.500 dólares como un homenaje a su valor inicial.