La economía chilena creció un 7,2% en el primer trimestre del 2022, en comparación al mismo periodo 2021, según informó el Banco Central. Eso sí, el ente emisor advirtió de una desaceleración del 0,8% del Producto Interno Bruto (PIB).

El emisor también dio cuenta que la demanda interna aumentó un 13,0% en este primer trimestre, impulsada principalmente por el consumo de los hogares.

Las cifras del Informe de Cuentas Nacionales se explican debido al alza en las actividades de servicios y transportes, mientras que las principales caídas se vieron en la minería.

“Desde la perspectiva del origen, gran parte de las actividades registraron cifras positivas, encontrándose las mayores incidencias al alza en las actividades de servicios –en particular, personales, transporte y empresariales– y el comercio. En contraste, los sectores que retrocedieron fueron la minería, la actividad agropecuario-silvícola y la pesca”, señaló el BC.

Pese que el crecimiento anotó cifras superiores al 7%, son inferiores a lo esperado por el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec), que proyectaba una expansión económica en torno al 7,9%.

Respecto al crecimiento del 7,2%, inferior a las proyecciones, el emisor explicó que esto se debe “principalmente, por la actualización de los indicadores de coyuntura y al proceso de conciliación de los cuadros de oferta y utilización de las cuentas nacionales trimestrales”.

 

El PIB por actividad

El aumento de 7,2% en la actividad económica fue determinado, principalmente, por los servicios personales, de transporte y empresariales y el comercio. En tanto, los sectores que observaron una reducción en su producción fueron la minería, agropecuario-silvícola y pesca.

Respecto a la actividad comercial, “exhibió un crecimiento de 7,4%, aumento menor al observado en trimestres anteriores. Todos los componentes crecieron, destacando las ventas minoristas”, destaca el emisor.

En detalle, el comercio minorista creció impulsado por las ventas de almacenes especializados de vestuario y equipamiento doméstico. En cuanto al comercio mayorista, fue impulsado por la venta de enseres domésticos, en particular, textiles, vestuario y calzado. Por su parte, el comercio automotor se expandió por concepto de mantenciones y ventas de repuestos.

Por el lado de las contracciones, la minería se redujo 4,0% incidida mayormente por la extracción de cobre; lo cual se explica por “una menor disponibilidad de agua, problemas operacionales y a una menor ley del mineral en sus principales faenas”.

Mientras, la actividad agropecuario-silvícola cayó un 4,7%; explicada principalmente por una menor producción de cultivos anuales y hortalizas.

Por el lado de la pesca, la actividad se redujo 11,2% por una menor captura de peces y, en menor medida, por una baja en la producción acuícola. La contracción de la pesca extractiva se debió a menores desembarques de sardinas; mientras que la acuicultura cayó producto de una menor producción de salmónidos.