Chile tiene un nuevo pez. Científicos internacionales que se encontraban investigando la Fosa de Atacama descubrió una nueva especie de pez baboso (de la familia Liparidae) que es diferente a todas las especies de peces conocidas hasta ahora y que habita exclusivamente en la fosa de aguas profundas de la costa del Pacífico.
Se trata de un pequeño pez de color azul, el cual fue llamado “Paraliparis selti” por el equipo de investigadores –el vocablo ‘selti’ significa ‘azul’ en lengua kunza–. La especie habita en la zona hadal, a unos 6 kilómetros de profundidad.
De acuerdo a los científicos, el pez recientemente descubierto “no se parece a otros peces liparidos de la zona hadal”, ya que “tiene ojos grandes, un llamativo color azul y se parece a otras especies de peces liparidos que se encuentran viviendo en aguas mucho menos profundas”, detalla Thomas Linley, jefe de Tecnología del Armatus Oceanic.
Hasta ahora se conocen unas 15 especies de peces babosos que habitan las fosas marinas de profundidad y cada año se encuentran más. La mayoría de las fosas tiene una especie de lipadirio, aunque en algunos casos se han encontrado hasta tres especies diferentes dentro de la misma zona.
De acuerdo al equipo de investigadores, esta especie parece adaptarse muy bien a las zonas profundas, incluso más que otros peces. “No son en absoluto lo que esperamos de un pez de aguas profundas”, dice Linley. “Me encanta mostrarle a la gente que los peces más profundos del mundo son realmente lindos”, añade.
La Dra Johanna Weston, de la Institución Oceanográfica Woods Hole, añade una particularidad al nuevo pez hallado. “Las especies de este género son particularmente abundantes en el Océano Austral de la Antártida y rara vez se han visto a más de 2.000 metros de profundidad”, sostuvo, añadiendo que “estábamos emocionados de ver este resultado: esta es la primera vez que se encuentra este género viviendo en la zona hadal a tanta profundidad”.
De acuerdo al equipo de científicos, la nueva especie pudo haber evolucionado de otras especies adaptadas al frío del océano Antártico. “Este pequeño pez azul abre nuevas preguntas sobre la relación entre la temperatura fría y la adaptación a la alta presión y además brinda una nueva comprensión de cómo y cuándo evolucionó la vida en las profundidades”, indicó la profesora de la Universidad Estatal de Nueva York en Geneseo, Mackenzie Gerringer. “Es un recordatorio de la diversidad única aún por descubrir que prospera en las partes más profundas de nuestros océanos”, agregó.