Pese al delicado momento alimenticio que se vive a nivel mundial, que amenaza con una crisis de hambruna y que tiene a Chile con una inflación del 17,1%; cerca de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se desperdician entre la línea de producción y comercialización hasta el hogar de consumidores.

El panorama alimentario se encuentra en un episodio delicado, agudizado con la invasión de Rusia a Ucrania, es por ello que la economista jefa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé que “lo más apremiante es evitar una crisis alimentaria”.

Todo esto ante un posible cese de exportaciones de trigo por parte de los países en guerra, lo que podría ocasionar escasez de alimentos en países en vías de desarrollo. “Existiría un riesgo agudo no solo de crisis económicas en algunos países, sino también de desastres humanitarios, con un fuerte aumento de la pobreza y el hambre”, sostiene la experta de la OCDE.

Un tercio de los alimentos se desperdician

Pese a todo ello y ante la posibilidad real de una crisis alimentaria por una ruptura en la cadena de exportaciones, el panorama alimenticio está marcado por la pérdida de alimentos la cual, además, genera impactos negativos en la emisión de contaminantes.

Según señala la gerenta general de la Red de Alimentos, María Eugenia Torres, “cerca de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se desperdician. Si eso fuera un país, sería el segundo más grande en kilómetros cuadrados y el tercero más contaminante, después de China y Estados Unidos. El 8% de los gases de efecto invernadero lo produce el desperdicio de alimentos”.

En cuanto a los desechos alimenticios, Torres explica que se producen “dos tipos de pérdidas y desperdicios; la pérdida es todo lo que se bota o no se aprovecha desde la producción hasta la línea de comercialización; el desperdicio es lo que se desecha desde la línea comercializadora hasta la casa”.

 

A nivel nacional, el panorama es complejo, ya que no se cuenta con datos de cuánta es la cantidad de productos alimenticios que se desaprovechan y cuál es el porcentaje de desperdicio en relación al consumo.

“En Chile no hay cifras de desperdicios, pero hoy en día estamos rescatando mensualmente (en Red de Alimetnos) 1 millón de kilos de alimentos; en América Latina se habla de 220 millones de toneladas de alimentos que se pierden al año. Son cifras estratosféricas que nos deberían hacer doler el corazón porque hay millones de personas que sufren hambre”, advierte la gerenta de Red de Alimentos.

Una parte importante de los desperdicios de comidas se producen en la línea de producción. Respecto a ello, Torres acusa que en el país “no hay tecnologías para poder producir, queda mucho en los campos, sobre todo en frutas y verduras”.

Pese a lo grave del escenario, desde la Red de Alimentos se prevé un escenario esperanzador, gracias a la Ley de Modernización Tributaria del 2020, donde se incluye un artículo que establece como gasto rechazado la destrucción de productos aptos para el consumo. Eso sí, el Ministerio de Hacienda aún debe definir el mecanismo que regule la normativa, por lo que no está en vigencia.

“La normativa indica que va a ser gasto rechazado la destrucción voluntaria de cualquier producto que sea apto para el consumo. Si una empresa destruye o desecha productos que pueden ser usados por personas e incluso por animales, va a ser un gasto rechazado. Hasta la fecha, para la empresa, es equivalente, desde el punto de vista tributario, destruir o entregarlo a organizaciones sociales sin fines de lucro”, explica Torres.