Este sábado los fanáticos de las artes marciales mixtas serán testigos de una de las revanchas más esperadas de la historia. Conor McGregor regresa al octágono para protagonizar el combate estelar del UFC 257 ante Dustin Poirier.

Luego de seis años, el irlandés y el estadounidense vuelven a verse las caras arriba de la jaula. Una pelea que podría extender a una trilogía o poner punto final a la rivalidad entre ambos, donde Notorious ya salió victorioso con un KO brutal.

Todo ocurrió el 27 de septiembre del año 2014, cuando ambas estrellas de las MMA venían en ascenso. Fue ahí que McGregor hizo gala de lo que lo llevó a la cima, dándoselas de profeta al señalar que terminaría la pelea en el primer round. Y lo más increíble es que lo cumplió.

En solo un minuto y 46 segundos, Conor le pasó por encima a Poirier y lo noqueó. Un triunfo que lo acercó más al cinturón de peso pluma que tenía en ese momento José Aldo, a quien se lo arrebató también con una finalización veloz.

 

Pero ahora las historias y mundos son totalmente distintos. Atrás quedó la mala onda que existía entre ambos y este viernes, en el pesaje oficial, demostraron que están mucho más maduros para enfrentar el combate, compartiendo incluso abrazos. Como si fuera poco, será en el peso ligero, donde ambos han mostrado el poder de sus puños.

Con el título de Khabib en la mira

La pelea entre McGregor y Poirier no solo es importante por la revancha entre ambos, sino también porque el ganador podría tener grandes chances de enfrentarse a Khabib Nurmagomedov, el campeón de peso ligero y quien derrotó a ambos en el pasado.

Pero el ruso, luego de vencer a Justin Gaethje en la unificación del cinturón, anunció su retiro. No obstante, el UFC no le quitó nada hasta esperar una decisión más en frío, algo que ya tomó. "Muéstrenme algo impresionante y podría volver", fueron las palabras del monarca, que estará atento a la pelea.

De ganar McGregor, la compañía podrá acercarlo a enfrentar a Khabib otra vez. Una pelea de ensueño por la enemistad que tiene y que generó, entre otras cosas, una de las rivalidades más grandes de las artes marciales mixtas.