Eran pocos los que abrigaban esperanzas sobre la participación de Arley Méndez en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, después de que el pesista chileno arrojara un dóping positivo por consumo de marihuana, a dos meses de la cita de los anillos.

Y aunque pudo participar como una excepción, lo cierto es que los pronósticos fueron certeros y el atleta de origen cubano, que representa a Chile desde 2017, tuvo debut y despedida. Sólo 160 kgs en arranque y tres nulos en envión condenaron su participación.

Las lesiones no dejaron ver la mejor imagen de Arley, pero lo que más sorprendió fueron sus declaraciones después de la eliminación, donde anunció su retiro del deporte y explicó las razones del polémico consumo de cannabis.

"Esto es una mierda. Tomé la decisión de retirarme del levantamiento de pesas, del deporte. Voy a dedicarme a otras cosas. Me iba a retirar hace tiempo, pero tengo que alimentar a mi familia. Este es mi trabajo. Me gusta competir, pero estoy sufriendo mucho", sentenció.

Los problemas físicos que manifestó en los últimos años fueron el detonante para el dóping positivo. "Una semana en Cali estaba decepcionado y tomé la marihuana. Qué atleta hace eso 48 horas antes de medirse. Lo hice adrede para irme al carajo", lamentó el pesista.

"No pude cumplir con lo que esperaba, cumplir con el país. Quedé descalificado. No di puntaje, quedé último. No estoy conforme. Quería hacer algo bueno para despedirme de esto", analizó el atleta de 27 años.

De esta manera, la participación chilena en los Juegos Olímpicos deja una nueva decepción y además una baja confirmada para los Panamericanos de Santiago 2023, ocasión para la que Arley aparecía como uno de los favoritos de la delegación chilena.