De vez en cuando el fútbol nos regala historias que superan a la ficción. En Bulgaria ocurrió una situación increíble que comienza a dar la vuelta al mundo.
El club Tsarsko Selo se enfrentaba al Lokomotiv Sofia por la última fecha de la liguilla de descenso de la máxima categoría del fútbol de aquel país.
El partido estaba 1-1, pero el árbitro cobró penal a favor del Tsarsko Selo en el último minuto. Si anotaban evitarían el descenso y se mantendrían en la First League búlgara.
El gambiano Yusupha Yaffa, quien pasó por las inferiores el AC Milan, tomó la pelota con toda la fe, a pesar de que el designado era el defensa Martin Kavdanski.
En ese momento el dueño del club, Stoyne Manolov, entró a la cancha para exigir que Kavdanski pateara. En las imágenes se ve que incluso empuja a Yaffa.
El drama continuó cuando Kavdanski se puso al frente al balón, pateó y el arquero rival atajó. Con esto, el club Tsarsko Selo descendió a la segunda división y no sólo eso…
Tras el partido, el dueño del club, indignado, anunció que el equipo se disolvía: “El club tuvo tres buenos años en la First League. Sin embargo, es hora de decir que el club dejará de existir y ya no participará en el fútbol profesional la próxima temporada. Estamos anunciando esto ahora para que el grupo BFU pueda tomar el lugar como mejor le parezca”.
“Invertir dinero en el fútbol búlgaro es la forma más fácil de perderlo. No hay terreno para el desarrollo. Los nervios y el dinero se desperdician. Sin embargo, hay que reconocer que ya tuvimos bastantes buenos momentos en la élite, e incluso antes, cuando éramos parte de la segunda división. Quiero agradecer a todos los jugadores, entrenadores y personal”, añadió.
Y sobre el penal ejecutado por Kavdanski sentenció: “Quería terminar esta aventura con una victoria y Martin Kavdanski le dio mucho a nuestro equipo y se merecía patear ese penal”.