Lo que prometía ser una fiesta terminó decepcionando a todo el continente. Desde el pasado viernes, se disputa en Brasil la edición º46 de la Copa América. El torneo de selecciones más importante de este lado del mundo ya cumplió con su primera ronda en fase de grupos, pero al parecer no ha logrado motivar a los fanáticos.

 

Con estadios vacíos y excesivos precios, la actual edición parece ser un fracaso. Algo que se hizo más evidente tras un video publicado por Isabelle da Silva, pareja de Thiago Silva, mostrando la peor cara del torneo y que está lejos de ser el gran evento que se esperaba.

 

 

Valor de las entradas, una mala costumbre

 

Si hay algo en la que la Conmebol ha reparado poco es en el alto precio de las entradas para cada partido. Algo que nos tocó vivir en carne propia en la versión de 2015 y que generó un cambio importante en el tipo de público en los estadios, más de clase alta y menos cercano a la pasión tradicional de una nación futbolera.

 

“Soy del pueblo, siempre voy a predicar por el pueblo, para que esté en los estadios. Pero se sale de nuestras manos, no controlamos los precios de las entradas, en todo caso elevadas”, se quejó Dani Alves tiempo atrás.

 

 

En Brasil la cosa no es distinta a la copa hecha en Chile. El equipo local disputó el duelo inaugural ante 47.260 espectadores, llenando solo el 70% de capacidad total del estadio. No es menor la poca presencia de hinchas, más aún cuando sabemos que los precios para ver a la verdeamarela están entre los $164.000 y $35.000 pesos chilenos.

 

¿Cuáles son los valores para ir a ver a un equipo que no sea Brasil? El resto de los partidos de la fase de grupos se divide en categorías, donde los precios más altos están en $65.000, mientras los más bajos en $22.000. Existen tickets aún más baratos, pero que solo se pueden adquirir en dos estadios: Arena de Gremio y Arena Corinthians, con un valor de $11.000.

 

 

Alimentación dentro de los estadios, un abuso

 

Una de las causas por las cuales el video de la pareja de Thiago Silva tuvo tanta relevancia fue porque detalló lo costoso de ir a un partido de Copa América. La restricción para ingresar alimentos a los estadios obliga a los hinchas a consumir solo lo que se vende dentro. Y eso queda solo en ganas de, pues los precios son excesivos para la realidad local.

 

Por ejemplo, para beber: quien desee comprar una botella de agua, que en el comercio chileno no supera los $1.000 pesos, dentro de los estadio está cercano a los $5.000. Los jugos en envases más pequeños, que en nuestro país pueden estar en $500, allá bordea los $2.000. A quienes gustan de cervezas, las pueden encontrar por un valor similar.

 

 

Ahora, para cualquiera que sienta ganas de comer algo, con solo ver los precios se le pasaría. Una hamburguesa tradicional (churrasco - queso) alcanza los $5.000 pesos, mientras que un balde de pochoclos (cabritas) se acerca a los $5.500. 

 

La realidad política de Brasil, un punto más en contra que a favor

 

Viendo los precios, para los chilenos podrían ser que algunos no los sientan muy elevados, pero se debe considerar la realidad económica de Brasil. Allá, el sueldo mínimo apenas llega a los $180.000 pesos chilenos.

 

Mucho menos aporta la visión de su actual presidente, Jair Bolsonaro, quien parece ser muy frontal, amenazante y valiente a través de sus discursos, pero que instala operativos policiales excesivos a cada lugar que va. Algo que reflejó la pareja de Thiago Silva en su video, mostrando que estuvo detenida por más de 15 minutos sin poder avanzar mientras el mandatario ingresaba al estadio.

 

 

De esta forma, Brasil, una nación que nunca ha estado muy interesada en la Copa América, no ha sido el anfitrión que se esperaba. La última vez que recibió el torneo, promedió 33.000 espectadores por partido. La realidad que dejó la primera fase está muy por debajo de esa cifra: 24.167.

 

Si bien la situación de asistentes podría variar a medida que se vayan definiendo los clasificados a la fase final, la interrogante que queda es si en verdad se podrá recuperar el nivel de antaño o la actualización de recintos a los estándares FIFA puso el dinero por sobre la pasión. Solo el tiempo lo dirá.