Pascual de Gregorio fue un goleador chileno que tuvo una gran temporada en 1999, cuando defendía los colores de Coquimbo Unido. Anotó 19 goles en 39 partidos, un rendimiento que llamó la atención de un equipo del fútbol italiano. El Bari.
Fue una etapa hasta 2002, donde compartió con jugadores de la talla de Antonio Cassano, un crack italiano que luego jugó en la AS Roma y el Real Madrid. O el fallecido goleador sudafricano Phil Masinga. Fueron tres las campañas que jugó De Gregorio en los Gallitos.
Desde aquel club saltó al Gansu Tianma. “Jugué en China un año y el técnico ni te saludaba. En Italia también era algo así. Son otras culturas, cambios drásticos”, le contó De Gregorio a RedGol en una extensa entrevista donde contó sus días luego de retirarse como futbolista profesional.

Dice, entre otras cosas, que el puntero del fútbol chileno es totalmente justo. “El fútbol en general es de momentos. Por equipo, funcionamiento y resultados es Coquimbo. Están los puntos, no hay más. Si hablamos de institución o el mejor equipo de Chile a lo largo de la historia, hay que analizar si es Colo Colo o la U. Pero hoy es Coquimbo y basta”, aseguró a nuestro querido Paulo Flores.
¿A qué se dedica?
Me dedico a la compra y venta de vehículos. Desde la pandemia que estoy en ese tema. Hasta ese punto tenía tres escuelas de fútbol y un pequeño restorán de comida rápida. Me estaba yendo bastante bien, pero la pandemia me tiró al piso. Me reinventé. Mi hermano hacía eso de los vehículos, comencé a ayudarlo con el salvoconducto del restorán. Ahí empecé a meterme en esta onda. Actualmente estoy en eso.
¿Ahorraste en tu carrera?
Hice buenas inversiones en su momento. Sobre todo en propiedades. Lamentablemente a veces la vida da giros inesperados. El divorcio lamentablemente, me había casado con bienes en común. Se tuvo que repartir todo, hubo situaciones que no salieron bien. Me fui debilitando económicamente hasta que dije que eso no puede seguir así. Empecé a tirar pa arriba. Después del fútbol uno empieza una etapa distinta en la visión de la vida real. No se nota de un día para otro. Es una situación lenta donde uno mismo se ve envuelto en situaciones que debe enfrentar y no está preparado. O no le toma el peso. No visualiza las lucas que las personas normales, que no tuvieron la oportunidad de generar tanto dinero tan jóvenes, cuida, valoriza, trabaja. Es otro tema. Lamentablemente es algo en común de muchos futbolistas. Hay excepciones, pero muy pocas.

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¿Ves fútbol?
Hubo mucho tiempo que no veía fútbol. Más que nada por tema de horarios. Durante 12 años estuve en las escuelas de fútbol y los fines de semana era sólo pega. Colo Colo Puente Alto, Colo Colo del Este y Colo Colo Malloa. Estaba bien, tenía más de 200 niños. Vendía ropa e implementos deportivos. Fue el destino. Ahora no tengo grandes obligaciones, tengo mi casa y mis cosas personales. No necesito tanta comodidad. No me quejo, pero podría ser un poquito mejor. Esa es la ambición que mantengo en la vida.
Ya tengo mis dos hijos. El mayor tiene 31 años y está en Italia hace ocho. El menor tiene 27 y se fue a Italia este año. El mayor es futbolista y juega como en la cuarta categoría allá. Jugó un campeonato en Roma y ahora están de vacaciones, no hay fútbol. Vuelve en un mes más, en el verano. El más chico trabaja en un restorán y le está yendo bastante bien. Está contento.
¿Te gusta ver a la selección chilena?
Me atrapa el fútbol, me mantiene entretenido los fines de semana. El fútbol internacional también me gusta. Trato de desconectarme del fútbol cuando se siente desilusionado, que eso le pasa a todos los futbolistas. Pero llegas de vuelta igual. Tengo dos casas, vivo con mi novia y solo. Ese sistema tengo ahora, no vivo en un puro lugar. Voy para acá, vengo para allá. No soy un tipo que anda gritando que fue futbolista, soy un hueón que anda en metro, normal, no me aproblemo por nada. Hay gente que a veces te reconoce. Un vecino de mi novia es carabinero, me reconoció y me invitó a un evento deportivo en San Bernardo. Participé todo el día en ese evento. Salió muy bonito. Y como también vendo ropa deportiva, aproveché de hacer unos negocitos. Fui uno de los primeros entrevistados en Millonarios Prematuros. Vicente Zegers me fue a ver donde yo trabajo y estuvimos conversando. Hay bastantes cosas que se pueden hacer con el tema del fútbol. Estamos en contacto para ver si resulta alguna cosa.

Pascual de Gregorio conversó con RedGol. (Cedida).
¿Cuál fue tu mejor dupla?
Tuve la suerte de tener buenos compañeros. Y muchas veces, cuando converso con gente del fútbol, me acuerdo de ellos. Jugué con el Pato Galaz en Coquimbo y Cobreloa. Era yo y él. En Italia tuve compañero a Cassano, jugamos muchos partidos también. Osvaldo Canobbio, Sergio Gioino el argentino, lo dejé en la banca en Coquimbo. A Juan Carlos Madrid lo dejé en la banca en Cobreloa. En la selección juvenil, Juan Castillo, José Luis Sánchez, Rodrigo Barrera. Tuve la suerte de jugar con grandes delanteros. Dentro de mi personalidad, no soy un hueón tímido ni introvertido, dentro del grupo estando en confianza me podía relajar. Pero en general en el fútbol fui de bajo perfil. No andaba detrás de un periodista para que me hiciera una nota. No andaba golpeando puertas a los dirigentes. Traté de ser consecuente con eso.

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Esta pregunta sacudió muchísimos recuerdos de Pascual de Gregorio en la larga pelea que tuvo que dar para llegar a ser futbolista profesional. Por eso mismo, durante la respuesta ofrece sus disculpas por la lucha contra el llanto, que aflora naturalmente mientras habla.
¿Quién es tu espejo en el fútbol?
Mi padre. Mi papá era un futbolista amateur fanático. Se sabía toda la historia del fútbol chileno, conocía a todos los jugadores. Y lo único que ellos sabían era hacer lo posible para que el hijo fuese futbolista. Darle todo. Mi viejo no tuvo educación, era comerciante. Su sueño fue haber sido futbolista, pero tuvo que trabajar. Me emociono, disculpas Paulo. Mi viejo falleció hace poco. Es mi mentor fundamental respecto a la motivación que yo tuve como futbolista. Tenía minimarket, verdulería, había que levantarse a las 4 de la mañana para buscar las cosas. Éramos dos hijos, yo y mi hermano mayor. Siempre privilegiaron mi tema con el fútbol. Obviamente tratando de poder apoyarme en todo.