¿Cómo pasar de la algarabía a la desilusión en tan sólo tres partidos? Esa pregunta obtiene su respuesta en los últimos encuentros de la Universidad de Chile. El equipo dirigido por Gustavo Álvarez viene de caer ante Huachipato y su quimera se esfumó definitivamente.
¿Copa Sudamericana? Adiós. ¿Chile 2? Muy difícil. ¿Copa Libertadores 2026? Hay que empezar a sacar la calculadora. Lo cierto es que la U tiene más chances de repetir el torneo del que viene de ser eliminado que de ir por el sueño máximo. E, incluso, todo peligra.
Habría que pensar, entonces, en qué momento ocurrió todo esto. Hay tres claves para entender el paso del buen juego y la ilusión a la debacle y la desesperanza. Ambas no son parte de lo ocurrido en cancha.
Vacaciones y nunca más lo mismo
Podríamos situar el punto partida de la debacle en las vacaciones programadas por el elenco azul, entre el 22 y el 29 de junio. Si bien la Universidad de Chile tenía más que merecido el descanso, se hizo en un momento en el que estaba muy encima el repechaje con Guaraní. Esto generó controversias.
El retorno al oficio marcó a un equipo deslavado, aunque la clasificación en Copa Sudamericana pareció borrar, durante algún tiempo, aquella imagen. Pero, la irregularidad quedó implantada para el resto del año.
Horror en Avellaneda
Mucho se ha dicho sobre lo ocurrido en Avellaneda. El Romántico Viajero visitaba a Independiente con la idea de dar el batacazo y pasar la serie. Pero, lo que ocurrió en la galería del Libertadores de América terminó por empañar todo aspecto futbolístico.
En Argentina se hicieron los inocentes y trataron de implantar una versión de que los hinchas de la U eran los violentos. Sin embargo, el registro audiovisual lo único que mostró fue que los propios hinchas del Rojo, compatriotas de los que sostenían esta versión, eran los que habían actuado con un desproporcionado sadismo. Otro golpe duro para la U.
De ahí, claro, clasificación por secretaría, odio transversal desde Argentina y poco atractivo en el avance de la U a instancias más definitivas de la Sudamericana. Sin público, no había dinero ingresante.
Revelaciones internas
Finalmente, la puñalada mortal para la Universidad de Chile parece haber llegado con las revelaciones de El Mercurio. El diario nacional informó que Gustavo Álvarez iba a dejar la banca azul a final del torneo y que en Perú se frotaban las manos.
La Selección de Perú quiere contar con los servicios del DT del Romántico Viajero y desde el interior de Azul Azul habrían asegurado que es imposible luchar contra la oferta económica de un club. Claramente, esto marcó un antes y un después.
