Bien dicen que la carrera de los futbolistas es corta y una vez que finaliza, deben saber renovarse para continuar con sus vidas. Así lo sabe un crack que brilló en Universidad Católica y ahora lo hace como peluquero.
Una gran parte de los jugadores deciden seguir ligados al fútbol una vez que se retiran, ya sea como entrenadores, dirigentes y hasta como representantes. Sin embargo, otros deciden tomar caminos alejados de la actividad que los hizo famosos y exitosos.
El campeón con U. Católica que hoy se luce con las tijeras
Ricardo Noir llegó a mediados de 2016 a Universidad Católica y no le llevó mucho tiempo adaptarse. Entró rápido en la formación titular de Mario Salas y se convirtió en un fijo en ataque con José Pedro Fuenzalida y Nicolás Castillo. Por esta razón, se ganó el cariño de los hinchas.
En San Carlos de Apoquindo ganó el Clausura 2016 y la Supercopa del mismo año, aunque finalmente en 2017 dejó el club pese a su buen rendimiento. De todas maneras, quedó en el recuerdo por brillar en un equipo histórico para los Cruzados.
Tras dejar el fútbol, Noir decidió cambiar de rumbo y dejó de lado la pelota para tomar las tijeras y convertirse en peluquero. “No sabía qué carajo hacer cuando me retiré. Hice el curso de peluquero y me puse un saloncito en casa”, explicó el formado en Boca Juniors a La Nación.
“Le corto a mis amigos y a conocidos. Uno se ríe porque ahora los chicos me muestran un corte que ven en Internet para que les haga y les digo: ‘Che, me la hacés complicada’. Me tengo que ir aggiornando (actualizando)”, señaló el campeón con la UC.
Una conversación con su hija, en la cual ella le recriminó nunca celebrar su cumpleaños con sus cercanos, fue suficiente para que decidiera dejar el fútbol y se estableciera como peluquero. Su salón lo adorna con camisetas que le quedaron de su carrera, incluyendo una de Ronaldinho.
Ricardo Noir se formó en Boca Junios y tuvo pasos por Racing Club, Newell’s Old Boys, Barcelona de Ecuador y Banfield, entre otros. En Chile siempre será recordado por ser parte del primer bicampeonato de Universidad Católica.