Medalla de oro en los dos últimos Juegos Olímpicos y campeón de los dos Mundiales de Atletismo anteriores, Soufiane El Bakkali era simplemente el favorito de todos para quedarse con la prueba de los 3.000 metros con obstáculos en la actual cita planetaria que se realiza en Tokio.

Así parecía tomárselo el propio marroquí, que corrió con una suerte de displicencia su carrera de este lunes, en la capital japonesa. Sin embargo, el destino terminó queriendo otra cosa y no pudo más que colgarse la medalla de plata.

El culpable de esta sorpresa es un neozelandés. Se trata de Geordie Beamish, un atleta que ni siquiera estaba entre los cuatro favoritos de la final de la prueba y que terminó sorprendiendo a todo el mundo.

Pisotón en la cara y medalla dorada en el cuello

Menos iban a creer que el neozalandés se colgaría la medalla dorada al cuello cuando todos vieron lo que le pasó en las clasificatorias de los 3.000 metros con obstáculos del sábado.

En la última vuelta de aquella serie sabatina, Beamish no sólo se tropezó y cayó sobre el tartán, sino que luego fue pisoteado por uno de sus rivales. El canadiense Jean-Simon Desgagnés le plantó un pisotón involuntario en el rostro que, de haber sido como Neymar, todavía tendría al neozelandés revolcándose en el suelo.

Pero, en vez de ello, Beamish se paró y corrió velozmente, alcanzando el segundo lugar, tras el marroquí Ben Yazide. Su logro ya impresionaba, porque, pese a su caída, alcanzó un tiempo de 8:27.23, con lo que se imponía como el tercer mejor de todas las series.

La especial manera de celebrar de Beadish y El Bakkari | Getty Images

¿Con cuánto tiempo logró su triunfo el neozelandés?

Fue en la recta final que Geordie Beamish consiguió ganarle por una cabeza a El Bakkari. Lo hizo superándolo por milésimas de segundos, con un tiempo total de 8:33.88. El marroquí terminó segundo con un tiempo de 8:33.95.