En un escándalo que observa el fútbol mundial, la final de revancha de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors se volvió a suspender tras los incidentes del sábado y la porfía de la Conmebol de reprogramarla para hoy.
El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, anunció que se reunirá el martes en Asunción con los presidentes de River (Rodolfo D’Onofrio) y Boca (Daniel Angelici) para establecer una fecha en la que por fin se juegue el partido.
El gran problema es que la semana venidera se realizará la cumbre del G20en Buenos Aires, la que tendrá concentrada todas las fuerzas de orden para garantizar la seguridad de los mandatarios.
Hay posibles fechas, que se juega con público, que se juega a puertas cerradas, en el Monumental u otro estadio; y además está la competencia trasandina en desarrollo con la Superliga y River inserto en semifinales de Copa Argentina, situación que dificulta aún más la reprogramación.
Como si fuera poco, el campeón de la Copa Libertadores debe disputar contra el tiempo el Mundial de Clubes en Emiratos Árabes Unidos, torneo que parte el próximo 12 de diciembre.
Y siempre el papelón puede ser mayor: una de las opciones que surgió en los últimos minutos es que River Plate y Boca Juniors se trasladen a los Emiratos Árabes para disputar ahí la final para que el campeón se quede en Abu Dhabi esperando el Mundial de Clubes.
“Si llegara a decidirse el martes que la final de la Libertadores no se juegue en el Monumental, Conmebol analiza que se juegue directamente en Abu Dhabi y el campeón se quedaría allí por el Mundial de Clubes”, sentenció ESPN.