Dos presentaciones hizo Boca Juniors ante la Unidad Disciplinaria de la Conmebol para pedir la descalificación de River Plate por los incidentes que afectaron a los jugadore xeneizes y determinaron la suspensión de la segunda final de la Copa Libertadores, programada para el sábado pasado.
Los dos documentos -y más de 20 horas de grabaciones de video sobre el atentado al bus del cuadro boquense- ya están en manos de las autoridades, pero en el ente disciplinario solo votarán tres de sus cinco integrantes. Los representantes de Argentina y Brasil no serán considerados, y de los tres que quedan, solo uno está en Asunción.
Se trata precisamente del paraguayo Eduardo Gross Brown, el único que reside en el país sede de la Conmebol. Y la curiosidad la aporta el representante chileno, Cristóbal Valdés, quien según el diario La Nación de Argentina “viajó a Taiwán por motivos laborales y tiene el huso horario a contramano”.
La quinta integrante es venezolana, Amarilis Belisario, y se encuentra en su país. Omisiones que podrían postergar un fallo esperado para el próximo jueves, y que, según los expertos, debería rechazar la demanda de Boca Juniors y limpiar la cancha para la reedición de la final el 8 o 9 de diciembre.
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