“Soy el único entrenador negro en este Mundial. Eso es cierto. Pero en verdad que estos son debates que me molestan. Pienso que el fútbol es un deporte universal y que el color de tu piel tiene muy poca importancia”, aseguró Alioú Cissé en la antesala de su debut como entrenador mundialista con Senegal.

Pero hoy su imagen está en el centro de los flashes. No solo por la sorpresiva jornada en la que lideró a su equipo al primer triunfo africano en la Copa del Mundo de Rusia (2-1 sobre Polonia), sino que también por su extrovertido comportamiento en la Spartak Arena de Moscú.

Su imagen se viralizó rápidamente, en especial la celebración que realizó luego del 2-0 de los Leones de Teranga, que de esa manera se pusieron a la cabeza de la tabla de posiciones del Grupo H y con amplias posibilidades de avanzar a octavos de final.

“Tengo la certeza de que algún día un equipo africano, un país africano, ganará el Mundial. Es un poco más complicado para nosotros. Tenemos realidades que no se ven en otros continentes, pero estamos repletos de cualidades. Vamos por buen camino”, reflexionaba el estratega.

Y algo sabe de ilusiones, si fue el capitán del recordado equipo que llegó a los cuartos de final del Mundial de Japón y Corea del Sur de 2002, cuando perdieron con gol de oro ante Turquía. Ese equipo liderado por el francés Bruno Metsu, fallecido en 2013, estableció las bases para hoy.

“Creo que tenemos una nueva generación que está trabajando, que está haciendo lo mejor, más allá de ser buenos jugadores con un pasado en el fútbol profesional”, completó Cissé.

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