El fútbol de Arabia Saudita se metió con todo en la contratación de estrellas mundiales en este mercado de pases. Ya habían mandado una señal clara hace algunos meses con la contratación de Cristiano Ronaldo en el Al-Nassr, pero ahora volvieron a golpear al fútbol europeo con el arribo de Karim Benzema y N’Golo Kanté al Al-Ittihad.
Con un presupuesto casi infinito, los árabes ahora apuestan por lograr el arribo de portugués Bernardo Silva y del egipcio Mohamed Salah, dos de las más importantes estrellas del fútbol inglés defendiendo al Manchester City y Liverpool respectivamente.
“La experiencia de China no tiene nada que ver con la nuestra, fue puramente marketing. Allí el fútbol no es muy popular. En Arabia tenemos un proyecto de Estado y no se limitará a cuatro grandes equipos, sino a todos. Porque la pasión de los saudíes por el fútbol no tiene límites”, avisó Hafez Al-Medlej, presidente del Comité de Marketing de Arabia Saudita y exmiembro de la Oficina Ejecutiva de la Confederación Asiática de Fútbol.
Pero… ¿Cuál es el proyecto real de Arabia Saudita y qué lo diferenciará del fracaso en China? Los amigos de la Media Inglesa compartieron un notable análisis de la planificación que involucra incluso dineros estatales del país árabe.
¿De dónde está sacando el dinero la liga de Arabia Saudita?
Partamos con el primer objetivo del gobierno saudí, que es triplicar el valor actual que tiene la liga e instalarla dentro de las diez más potentes del mundo. Hoy, según los analistas y considerando el valor de las planillas de los equipos, apenas marcha entre lugar 50 y 60 del listado.
Para hacer esto, se nacionalizó gran parte de liga de Arabia Saudita, esto por medio del PIF (Public Investment Fund), lo que traducido al español es el Fondo Soberano Saudí. ¿Qué vendría siendo esto? Pues un fondo de inversión que pertenece directamente al Estado de Arabia Saudita.
Este fondo estatal está formado por 620 mil millones de dólares, es decir, varios camiones de plata. Sin ir más lejos, es el séptimo fondo soberano más valioso del mundo, con inversiones en gigantes como Disney o Uber alrededor del globo.
¿Y cómo se nacionalizó la liga? Pues fácil, tomando el control de los cuatro clubes más importantes del país como lo son el Al-Ahli, Al-Hilal FC, Al-Ittihad y Al-Nassr. ¿Les suenan? Probablemente, porque acá hay un equipo que fichó a CR7 y otro firmó a Benzema y Kanté.
El PIF actualmente está controlando el 75% de estos equipos, mientras que el 25% es de algunas ONG. Esto se traduce en que los cuatro equipos más importantes de Arabia Saudita se han nacionalizado, como si en nuestro país el Estado asumiera el control de Colo Colo, la U y la UC inyectando recursos.
La intervención del Estado, la gran diferencia de Arabia Saudita con China
¿Se acuerdan de la liga de China, esa que en el 2016 comenzó a contratar varias estrellas? Pues de eso no queda absolutamente nada. Los chinos intentaron hacer crecer su industria del fútbol con la contratación de varios de los mejores jugadores del mundo, algo que a la larga fue fatal para la economía de los clubes. Literalmente, les explotó la burbuja.
Acá hay un punto diferencial clave, ya que en China el poder gubernamental animaba a estos clubes a realizar estos fichajes bombásticos, aunque claro, sin aportar nada de dinero en el proceso, algo que como vimos anteriormente, no está ocurriendo en Arabia Saudita.
¿Cuál era el objetivo de China? Pues organizar el Mundial del 2030, proyecto que fracasó rotundamente al no involucrase de manera directa en la organización de liga, cosa contraría a los saudíes, que derechamente nacionalizaron la competencia para hacerla crecer.
¿Qué busca Arabia Saudita?
Mohamed bin Salmán, el príncipe heredero de Arabia Saudita y en la practica quien controla todo en el país, hace bastante tiempo que viene articulando la “Visión 2030” en el país, que busca como objetivo diversificar la economía de la nación, esto considerando que en algún momento el valioso petróleo se acabará.
Acá es donde el fútbol y el deporte caen como anillo al dedo, ya que sirven como inversión valiosa para hacer crecer la economía de Arabia Saudita en otros sectores que no sean en los combustibles fósiles.
Sin ir más lejos, a base de bastante dinero se creó la LIV Golf, ofreciendo sumas enormes para que los mejores golfistas dejen el PGA Tour para integrarse a este circuito saudí. A grandes rasgos, lo mismo que están haciendo con su liga de fútbol ofreciendo cifras estratosféricas a los futbolistas.
A estos puntos hay que agregar el Mundial de Qatar 2022, un verdadero golpe al ego de Arabia Saudita, que tiene como objetivo organizar una cita planetaria al ver como un país “rival” recibió el torneo antes que ellos.
No tener un Fair Play Financiero, la gran ventaja de los saudíes
El Fair Play Financiero básicamente, en diferentes ligas o confederaciones del mundo, busca que los clubes nunca gasten más dinero de lo que generan, poniendo un tope claro a la hora fichar jugadores o pactar sueldos.
Pues bien, Arabia Saudita no debe responder a ninguna entidad al respecto, ya que ni internamente ni a nivel continental debe seguir un Fair Play Financiero a la hora de armar sus planteles, lo que facilita bastante convencer a los mejores jugadores con sueldos altísimos y a los clubes con fichajes que dentro de Europa no podrían hacer.
Varios puntos que de momento están ubicando a Arabia Saudita como una competencia en serio para Europa, que puede perder a varias de sus figuras ante la tremenda inyección de recursos que está recibiendo la liga y los clubes por parte de un reino que busca instalarse en la elite del balompié mundial. ¿Cómo responderán a este arrebato árabe en el viejo continente?