Con particular molestia reaccionaron las autoridades regionales en el balance de los incidentes que marcaron el desarrollo del partido entre Antofagasta y Colo Colo en el estadio Calvo y Bascuñán de la capital nortina, duelo de la última fecha del Campeonato Nacional.

La invasión del campo de juego por parte de los hinchas del Cacique terminó con la intimidación de los jugadores, a quienes prácticamente se les arrancósu vestimenta deportiva, y la destrucción de gran cantidad de asientos en el recinto de avenida Angamos.

Ante esta situación, el delegado presidencialDaniel Augusto apuntó directamente al anfitrión como responsable. “Lamentamos profundamente la mala manera en que se organizó este espectáculo”, explicó el personaro.

“Vamos a interponer acciones disciplinarias para todos los responsables, ya sea en materia de organización, como de todos aquellos que fueron parte de los desórdenes que se generaron durante el partido”, advirtió la autoridad.

Los hinchas de Colo Colo destruyeron decenas de asientos e invadieron la cancha en Antofagasta

Así mismo, el delegado aseguró que “este espectáculo futbolístico falló todo: hubo problemas en el control de los accesos, se sobrepasaron los aforos y no se cumplió con los guardias que debía contratar el club”.

El encuentro tenía un aforo permitido de 10 mil espectadores, aunque las autoridades aseguran que este fue superado largamente, lo que generó un déficit en materia de control y seguridad del perímetro de la cancha, que corresponde al organizador.

¿Deben ser castigados los clubes por los desmanes de los hinchas?

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“El club no alcanzó a cumplir con los guardias mínimo exigidos y un número importante no cumplía con la acreditación (…) y tenemos dudas con la cantidad de asistentes que concurrió”, reconoció el Jefe de la II Zona de Carabineros, general Gonzalo Castro.

Los incidentes se desataron después de un gol anulado de Colo Colo en el segundo tiempo, que motivó la invasión del perímetro de juego por parte de los barristas y que los jugadores terminaran siendo prácticamente asaltados al interior de la cancha.