Para Ignacio Jara la temporada con Colo Colo en el Campeonato Nacional no fue del todo fácil pero fue de menos a más y terminó dando su grano de arena para evitar que el equipo descendiera, anotando un importante gol frente a Unión La Calera que inició la remontada en la recta final del torneo.

Más allá de valorar y analizar lo sucedido en el terreno de juego, el mediocampista de 24 años ya tiene bastante experiencia sobre sus hombros luego de sus pasos por Cobreloa, Goias de Brasil y ahora en el Cacique, pero mirando hacia atrás tiene un gran sentimiento de arraigo por el sitio que lo vio crecer.

El jugador es un digno representante de la población Colo Colo de Cerro Navia. “Está llena de gente colocolina. Jugando en el barrio con el club de mis amores, el Tevito, y a los 15 años me tuve que ir a Calama, a muy corta edad, que me sirvió mucho para yo poder madurar y salir adelante. Fue un esfuerzo doble y le doy gracias a Dios por estar donde estoy ahora”, señaló a La Redgoleta.

Jara siente un profundo amor por sus orígenes. “Siempre estoy yendo, visitando a mis amigos, tengo a mi familia allá. Me siento contento cuando voy a jugar una pichanga con los niños que te ven”, apuntó.

El barrio lo formó como persona y también como futbolista. “De ahí saqué la garra, el empuje el coraje, el nunca darse por vencido, el nunca tener excusas. Los obstáculos cuando uno juega en el barrio es mucho más fuerte. Lo que soy hoy en día fue gracias a lo que tuve que vivir ahí, hay que ser muy fuerte para salir adelante con el apoyo de mi familia y de mi gente”.