En un fin de semana bastante emotivo en el fútbol chileno, O’Higginsde Rancagua decidió realizarle un merecido homenaje a uno de los más grandes de nuestra historia: Claudio Bravo.
El retiro de Humberto Suazo con la camiseta de San Luis de Quillota significó un golpe a toda una generación que se crio viendo al hombre venido del planeta. Además, puso en el tapete la importancia de reconocer a los históricos del medio nacional.
El cariño de O’Higgins a Claudio Bravo
Claudio Bravo decidió colgar los guantes a mediados del 2024, tras la Copa América en Estados Unidos. Si bien el bicampeón con La Roja recibió el cariño del fútbol chileno, siempre es especial que jugadores con su trayectoria sean celebrados por su aporte.
Para muchos es un poco desconocida la relación de Bravo y O’Higgins, pero el formado al ser de Viluco, tiene hasta cercanía geográfica con el Capo de Provincia. En el 2019 incluso entrenó en este club mientras visitaba Chile. Además, sonó como refuerzo luego de su retiro.
En la previa al partido entre los Celestes y Coquimbo Unido, Claudio Bravo fue invitado por los rancagüinos para entregarle un reconocimiento a Rodrigo Godoy y Felipe Faúndez por su participación en el Mundial Sub 20. Claro que ellos no fueron los únicos reconocidos.
Aprovechando la visita del histórico capitán al Estadio El Teniente, O’Higgins decidió darle a Bravo un homenaje como el “mejor arquero de la historia del fútbol chileno”. El premio se lo entregó Mateo Bravo, su hijo que ataja en la sub 14 del Capo de Provincia.
Desde su retiro del fútbol, Bravo se ha alejado del profesionalismo y trabaja en la actualidad como comentarista deportivo en ESPN. Pese a que está alejado de las canchas, el cariño por el bicampeón de América sigue latente. Esta vez lo sintió en Rancagua.
