Milton Millas hace rato dejó los medios de comunicación. Tras una vida dedicada principalmente al periodismo deportivo, donde es recordado por comentar al Real Madrid de Iván Zamorano, manifiesta que a sus 78 años vive mucho más tranquilo “haciendo la vida que quiero”.

Su salud ha mejorado. “Hace casi 10 años me pescó un cáncer (a la próstata) y me alejé del programa radial (en Radio Agricultura). Me dediqué a hacer coas que no había hecho, como ir a buscar mis nietos al colegio, ir al campo, una vida familiar”, sostiene, ya muy bien de salud, en charla con Redgol.

-¿Sigue siempre muy activo?

Así es. Tengo vida social, tengo un grupo de amigos de La Reina con los que me juntó todos los viernes. También voy a la galería de mi amigo Eduardo Lira. Además me he entretenido escribiendo parte de mi historia de vida en los medios de comunicación, me ha sido atractivo y entretenido.

-¿Se puede decir que dejó el deporte por el arte?

A la galería de Eduardo Lira (ubicada en Vitacura) va mucha gente interesante: pintores, escultores, críticos. Se forma ahí un grupo de mucha cultura y aprendí mucho de arte, de pintura y de artistas famosos. Eso me entretiene mucho. Además es de mucha amistad y sinceridad. A veces van ex ministros o subsecretarios. Es muy interesante, siento que es un cable a tierra y una afición que me vino después de los medios.

Milton Millas vive muy tranquilo tras salir de los medios

La ausencia de Milton Millas en los medios

¿No extraña la adrenalina de salir al aire en los medios?

Mira, la verdad nunca me sentí trabajando en los medios. Y además ganaba plata, fue una bendición que me dio Dios por tener esta vocación. Tener además la satisfacción de haberlo hecho bien.

-Usted fue pionero con el programa radial de la mañana.

Me gustaba ver si estaba golpeado, a las 5.30 me despertaba a ver los diarios porque tenía programa a las 7 de la mañana. Antiguamente, los medios estábamos limitados a dar noticia, pero no entretenían, y propuse en Radio Nacional que era bueno cambiar el horario típico del deporte de las 14 y 20 horas a la mañana, para darle sintonía a la radio para el resto del día. Luego, con el Transantiago, pedí irme a las 7 de la mañana porque la gente se iba a levantar más temprano, con su radio a pilas en esa época. Fue un gran éxito.}

-¿Nunca más tuvo la opción de volver a los medios?

De una radio vino un gerente a decirme si quería hacer un programa. Pero me pilló recién renunciado a la Radio Agricultura, habían pasado 20 días, más el tratamiento de Radioterapia que hacía. Luego dije que lo iba a pensar y no dormí de angustia, llamé en la mañana y dije que no. Me saqué un peso de angustia.

-Ahora muchos critican las comunicaciones actuales.

Yo no. Me gustan las comunicaciones de ahora igual. En mis memorias, que espero que salgan antes de fin de año, no quiero sacarle la cresta a nadie. Yo siempre fui abierto, lo más generoso posible, con cabros jóvenes que hoy ya son grandes y son cariñosos. Eso me hace sentir bien. Tengo la chispa de querer hablar, de comunicar, por eso mando carta al directo a El Mercurio y me las publican.

Milton Millas lanzará su propio libro

-Dice que publicará unas memorias, ¿hay algo que pueda adelantar?

Con los entrenadores siempre he tenido buena relación, guardando las distancias obviamente. Pero con Nelson Acosta particularmente tengo una amistad que saldrá en el libro. Por ejemplo Caco Villalta le daba duro en el programa, porque no había limitación de crítica y yo estaba en desventaja diciendo que el fútbol ofensivo es para equipos que tienen plata.

¿Es cierto que le pasó a Nelson Acosta un celular para Francia 98 y así poder entrevistarlo?

Le dije a Nelson ‘te pasaré un celular antes de ir a Francia, para que hable con la familia y que me acepte un llamado de vez en cuando’.

-¿Se lo aceptó?

Me dijo que no, porque no podía hace excepciones. Pero le dije que se lo llevara igual. Cuando clasificó Chile a segunda fase estaba eufórico y quería hablar. Así empezamos a tener diálogos en exclusiva.

-¿Tiene otras historias buenas con entrenadores?

A Felipao Scolari lo traje a Chile dos o tres días después de ser campeón del mundo (en el 2002). Me lo encontré en un avión de Londres a Roma, venía desocupada la primera clase, lo miré y me puse a conversar. Me preguntó sobre la nieve en Chile y le dije que lo invitaba a esquiar si era campeón del mundo e intercambiamos teléfonos. Después se me olvidó que una noche en esos centros valen 10 millones de pesos, ja, ja.

-¿Le cobró la palabra?

Recibo el llamado de Felipao y me dice ‘Milton, lo llamo para que me entreviste’ y al final me dice “nos estaremos viendo en la nieve”. Sí, lo llamo le dije.

¿Qué hizo con la promesa?

Llamé a Portillo, no estaba el gerente y luego llamé a La Parva. Me atiende la gerenta. Oye tienes mala memoria me dice, yo fui gerenta de Colo Colo y ahí se me aclaró el panorama. Me dio una pieza para Felipao y toda su familia y otra para mí, a costo cero.

-¿Costo cero?

Nos fuimos a esquiar y yo dije “que generosa”, sin imaginar que a los dos días iba a estar O Globo, Revista Cosas y todos los medios viendo esquiar a Scolari, que no sabía.

-¿Con qué entrenador le costó más tener buena relación?

Tuve buen gancho con todos menos con el Guatón Santibáñez, que al final de la vida terminó trabajando conmigo. A mí no me dejaba entrar a los entrenamientos. Cuando murió, escribí unas palabras a pedido de la familia.

El nieto árbitro de Milton Millas

-Su nieto Nicolás es árbitro profesional, ¿le complica ver esos partidos?

Al principio sí me ponía nervioso al ver a mi nieto arbitrar. Pero después ya lo veo con expectativa, sólo que agarro el pito y le digo cobra o no cobra frente a la televisión, ja, ja. Lamentablemente se desgarró por un mes y vuelve la próxima semana, ojalá ande bien. Ya fue FIFA VAR, luego será FIFA.

Nicolás Millas, el nieto de Milton, es árbitro profesional

-¿Le gustó la decisión que tomó en su vida?

Ahora sí. Al principio estaba enojado con él, porque dejó la carrera de kinesiología por ser árbitro, pero ahora estoy contento. Era su vocación. Si de chico todos jugaban pichangas y él las arbitraba.