Humberto Suazo cumple 40 años en un momento que nadie imaginaba. El Chupete sigue vigente en el Campeonato Nacional, brillando con la camiseta de Deportes La Serena y demostrando que, pese a los años, la capacidad goleadora no se acaba.
Uno de los técnicos que disfrutó de uno de los mejores momento del oriundo de San Antonio fue Claudio Borghi. El Bichi dirigió al artillero en aquel Colo Colo que maravilló a Sudamérica y en la selección chilena, disfrutando de una de sus épocas más brillantes.
En conversación exclusiva con RedGol, Borghi repasa los años dirigiendo a Suazo y las peripecias deun delantero como pocos. Sincero, el ex futbolista y ahora comentarista de TNT Sports da una visión desconocida de la interna del Hombre Venido del Planeta Gol.
¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza cuando le nombran a Humberto Suazo?
En lo deportivo, un tremendo goleador. En lo humano, un chico muy tierno, al que quiero mucho. Es una persona especial en su forma y en su estilo. Le tengo mucho cariño.
¿Cómo fue dirigirlo en uno de sus mejores momentos?
Había escuchado muchas historias sobre Chupete. Una vez fuimos a jugar con San Luis de Quillota, era técnico de Audax. Y en un amistoso uno no le da mucha bola a los rivales, pero nos hizo dos goles el pelado.
Pregunté quién era y me dicen que Suazo. Había escuchado cosas, lo empezamos a seguir para ver si lo podíamos tener. No lo pude llevar aAudax, pero ya seguirlo en Primera era más fácil hasta que lo pudimos traer a Colo Colo. No sé si fue el mejor momento, sino continuidad de lo que venía haciendo.
¿Cómo se trabajó con ese Suazo?
A veces las personas tenemos una coraza alrededor para protegernos y nadie nos haga mal. Él siempre la tuvo, estaba a la defensiva de todo lo que ocurría, pero cuando uno lo conoce se da cuenta cómo es, cómo tratarlo, hasta dónde podía llegar o qué decirle. A veces había que usar la psicología inversa, de no exigirle nada, decirle que no lo haga. Y cuando se quiere demostrar que sí puede, lo hace sin siquiera pedirlo.
¿En qué momento utilizó ese recurso?
Una vez hizo un trabajo de pretemporada casi solo, porque llegó tarde, tenía unos días más de descanso por selección y todos se sorprendían porque siempre lo hizo en grupo, que a veces te va tirando a hacer mejor las cosas acompañado.
Había una idea de que no podía, pero lo hizo y fue muy bueno. Todos lo miraban.
Nunca ha dejado de entrenar. Muchos creen que sí, pero no. El problema es si entrenaba todo lo que podía, que son cosas diferentes.
¿Siente que con usted a ratos fue así, de no hacer todo lo que podía?
Uno entiende que a veces pueden entrenar más. En esos años no tenía mucho cuidado con su comida, lo que podía y lo que debía. Estaba un poco gordo, pero si tú eres entrenador y te hace esa cantidad y calidad de goles, déjalo nomás.
Hoy entendió un poco más y se dio cuenta que si no se cuida, no juega. Quizás si en aquel momento se cuidaba como hoy, hubiese sido otra cosa.
¿Pudo Humberto Suazo llegar más alto en el fútbol?
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¿Hubo en el continente un delantero así de letal cuando lo tuvo a cargo?
Lo que pasa es que a Chupete al principio no lo juzgaban de buena forma. Decían que era chico, gordo, pelado… no creían que hiciera daño y sin embargo lo hacía.
Creo que su gran virtud como goleador era que hacía goles de todas las formas. Dentro, fuera, picándola, diagonal… no era un jugador que se instalaba en el área y desde ahí hacía daño, sino que tenía otras cualidades. Sabía perfectamente que con dos gigantes y de espalda al arco mucho no podía hacer, entonces aprendió a girar rápido, a definir antes que otros sacaran la pierna. Esa era su gran diferencia.
¿Cree que le faltó algo a su carrera?
Sería injusto, porque logró muchas cosas. Arrancó tarde, eso sí. Y para lo tarde que fue, hizo muchas cosas. Si lo hacía a los 18 o 19, era otra cosa, pero uno no puede juzgar eso porque cada persona tiene su momento y decide cuándo hacerlo.
¿Lo imaginó en el profesionalismo con 40 años?
Era de los que pensaba que se había retirado demasiado pronto. Después de la vuelta de México la gente tenía expectativas como con Matías Fernández. Verlos después de tantos años y querer que jueguen igual es un poco difícil.
El trato en Colo Colo no fue adecuado ni con el entrenador ni con el dirigente. No supieron. Y esta dejada de jugar es impresionante, porque cualquiera que lo hace en ese rango de tiempo no vuelve nunca más.
¿Le da vuelta la mano al destino al seguir hasta los 40 años?
No creo mucho en el destino, creo en el esfuerzo para conseguir lo que uno quiere. Sé que él tenía ganas de que su hijo menor lo viera jugar y eso lo motivó a estar en buenas condiciones.
Nadie pensaba que él podía dejar muchos años, volver a Segunda y menos a Primera. Teníamos la imagen de un Chupete no muy trabajador, pero llegó acá y demostró que está vigente.
Un mensaje para Chupete…
Me alegra mucho, me pone contento que haya vuelto para que su hijo lo pueda ver. Lo quiero mucho, siempre estaré orgulloso de todo lo que consiguió.