Colo Colo y Universidad de Chile vuelven a verse las caras en el estadio Monumental por un nuevo superclásico del fútbol nacional. Los azules llegan a La Ruca del Cacique con la pesada mochila de los 20 años sin ganar como visita ante el archirrival y, de caer, la racha sumará 21 y contando.

Ese 9 de septiembre de 2001 la U dirigida por César Vaccia se impuso al Colo Colo de Roberto Hernández por 2-3 con goles de Diego Rivarola, Arilson y Carlos Garrido, mientras los descuentos albos corrieron por parte de Sebastián González y autogol de Cristián Castañeda.

Ha pasado mucha agua por debajo del puente y Chile ha cambiado. En ese entonces, el Presidente de la República era Ricardo Lagos, el tercer mandatario desde la vuelta a la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet.

En 2001 Chile aún estaba divido en 13 regiones a diferencia de las actuales 16, mientras la población nacional alcanzaba los cerca de 15 millones y medio de habitantes.

En la capital el Transantiago recién estaba en los planes y la gente se trasladaba en las recordadas micros amarillas con un pasaje que alcanzaba los $290 y la gasolina de 97 octanos no superaba aún los $400.

El internet recién empezaba a tomar importancia, pero estaba lejos de ser lo que llegó a convertirse al día de hoy. La gente hablaba por teléfono o el recordado MSN Messenger. No había luces de algún WhatsApp o Instragram. De hecho, todavía no nacía el extinguido Fotolog. Las películas se veían en VHS o de la transmisión directa de la televisón, la música se transportaba en CDs o cassettes, mientras el mejor chiche de los celulares era el juego de la serpiente en los recordados modelos Nokia.

El fútbol chileno aún era regido por el sistema de clubes. Peter Dragicevic era el presidente de Colo Colo y René Orozco encabezaba a Universidad de Chile en manos de la Corfuch.

En el mundo, faltaban dos días para el ataque a las Torres Gemelas en Nueva York y Europa funcionaba con la moneda de cada país, sin el Euro.

Nuevo superclásico: la U vuelve al estadio Monumental con el peso de la mala racha. (Foto: Agencia UNO)