Universidad de Chile lamentó hace algunos días un grave accidente automovilístico que afectó a su arquero de la Sub 12 Aníbal Ortiz. El joven portero se marchó de Talca tras ser testigo de la caída azul en el Superclásico 192 y un choque en Llay-Llay lo dejó en coma inducido desde aquel domingo 31 de julio, pero recientemente dio la mejor noticia posible.

El cuidatubos despertó este jueves 11 de agosto y su padre, Carlos Ortiz, le contó a Las Últimas Noticias que avanza de muy buena manera en su recuperación en el hospital Carlos Van Buren de Valparaíso. Eso sí, reveló que a pesar del daño físico su amor por el Romántico Viajero sigue intacto.

Y es que apenas abrió los ojos, a Aníbal le preguntaron si era hincha del archirrival y demostró que es azul hasta los huesos. Por eso, al ser consultado sobre qué fue lo primero que hizo su hijo, Carlos explicó que "se portó bien, se empezó a conectar. Le preguntaron si era de Colo Colo y él dijo que no moviendo la cabeza".

"Después le preguntaron si era de la U y ahí respondió que sí. Reconoció inmediatamente su equipo, ahí ya pensamos que estaba bien”, añadió.

Tras eso, Carlos explica que “esa pregunta se la hizo una enfermera ayer y después también la mamá (Ivonne). Y él continuaba diciendo que era de la U. Este jueves ya hablaba un poco y preguntaba por su hermanita, Valentina. Mi hijo todavía sigue sedado, pero ya no está entubado”.

Más allá de ser jugador azul, Aníbal es fanático a morir del Chuncho, y así también lo explica su padre. “Mi hijo ha jugado en la U desde los ocho años y entonces está ligado al club, tiene sentimientos. Seguimos a la U para todos lados, somos todos hinchas. De hecho, yo creo que el último recuerdo que él tiene es el clásico hace dos semanas”.

Sobre su estado actual, Carlos Ortiz apunta que “para todos ha sido extraordinario que haya abierto los ojos. Los abrió un poquito, mi hijo está medio desorientado aún. Él ha dormido un par de semanas, pero está evolucionando muy bien. Hoy (jueves) empezaron a bajarle las dosis de sedantes. Los doctores tenían miedo de que se despertara muy brusco, podría comprometer otros órganos”.

El neurocirujano dice que es muy pronto para hablar de secuelas, hay muchos exámenes donde no pueden verlo todo hasta que empiece a despertar y hacerle otras pruebas. Pero cuando tuvimos el accidente, él tuvo un golpe en el lóbulo frontal del cerebro. Ahora necesitan esperar un par de días que el niño se mantenga con su respiración normal para decir que ya no está en riesgo vital”, añade.

Sobre su estado físico tras el accidente, detalla que “mi hijo no tuvo ninguna otra fractura. Su columna vertebral está impecable, él mueve sus brazos, mueves sus pies, estuvo tosiendo. Y el cirujano maxilofacial nos comentó que tiene algunas fracturas en la cara, aunque no se le notan, pero esperarán uno o dos meses para operarlo. Afortunadamente, Aníbal ha respondido muy bien”.