Tierra Brava sigue sumando momentos complejos entre sus participantes. La destacada pareja del encierro: Daniela Aránguiz y Luis Mateucci han tenido diversos conflictos entre ellos. El pasado episodio pudimos ver a Daniela un poco molesta con el argentino debido a que no recibió contención de él.
De ese modo, hubo un tenso cruce de palabras entre ambos.
Daniela Aránguiz le para el carro a Luis Mateucci
Ve toda la discusión a continuación:
Aránguiz se desahoga con La Chama y Arturo Longton
En el adelanto del reciente episodio de “Tierra Brava”, surgió un nuevo conflicto entre la pareja conformada por Daniela Aránguiz y Luis Mateucci. La exintegrante de “Zona de estrellas” expresó sus frustraciones junto a Arturo Longton y Chama, abordando abiertamente sus desavenencias con el argentino.
Cuando la comunicadora se preparaba para la prueba de equipos, Aránguiz le confesó a Longton: “Estoy acostumbrada a que me cuiden. Siempre me cuidó (Jorge), quizás el último tiempo se portó como el pico conmigo, pero siempre fui la prioridad en todo”.
“Como que te sientes poco querida, poco valorada y poco querida”, le respondió el chico reality. “No lo reconozco. Lo de nosotros no es un hueveo de reality”, reconoció la chilena. “Más que enojarte, es una desilusión”, añadió el recién reingresado al programa.
Chama compartió su opinión sobre el conflicto, destacando que dentro del entorno del encierro, las emociones alcanzan una intensidad a flor de piel.” Lo que pasa es que Dany tiene un punto, si ella es la pareja y le pasa algo, lo primero que haces es ver cómo está, preguntarle cómo está. Esa huea igual duele, más que molestarte, duelen”, señaló Longton, y la venezolana estaba de acuerdo.
Nueva integrante se suma a Tierra Brava
En las recientes emisiones de Tierra Brava en Canal 13, surgió una nueva participante, Gabrieli Moreira, una personal trainer brasileña de 24 años. Los residentes de la casa la apodaron rápidamente como “La Garotiña”.
Pero eso no es todo porque la mujer es ex pareja de Fabio Angostini y podría llegar ser un pie para nuevos conflictos en la casa.