Melina Noto, la polola de Pangal Andrade, contó a Zona Latina cómo vivió en primera persona el aluvión que arrasó con pueblos del Cajón del Maipo, durante el fin de semana pasado.

La modelo argentina se encontraba con su pareja al momento del desastre natural que se desató producto del río atmosférico que azotó la Región Metropolitana, y que dejó a cientos de personas sin casa en la localidad de San Alfonso.

“Sabes que lo más gracioso… Yo fui a hacer un trekking en la mañana y reportando así ‘que divino la lluvia, se necesitaba’, qué se yo. Llego a la casa y de repente, de un minuto a otro, empieza a llover torrencialmente, pero de una manera que no se esperaba y empieza a caer granizo”, partió contando Noto a Falcon Larraguibel en el programa “Zona de Estrellas”.

Por eso, “vamos a ver cómo está todo y vemos que empieza a caer un aluvión del cerro de enfrente. Ahí ya empiezan a llamar que a una de las casas estaba entrando agua, que alguien vaya a ayudar”.

“Empiezan a ayudar en esa casa, después vamos a dar una vuelta al pueblo, no había pasado nada. Y en una cuestión de diez minutos la gente se estaba subiendo al techo”, relató la joven.

Tras el fenómeno climático, Melina Noto se dedicó a ayudar con la limpieza del hotel Casa Primal, de propiedad de Pangal y su familia, el que había sido inaugurado el viernes y fue arrasado por el barro y los sedimentos.

Según explicó Noto, “estamos tratando de conseguir retroexcavadoras, alguien que pueda sacar todo lo que está adentro. No sabemos mucho cómo va a seguir, porque es lo que va pasando en el día a día”.

“Ahora recién pudimos terminar de sacar todo el barro que había dentro del hotel, pero sin embargo la puerta está tapada de dos metros, entonces todo se va a movilizar hacia adentro”.

“No hemos recibido mucha ayuda más que militares pasando, entregando agua y un par de cosas, pero la ayuda fue más de la gente, vecinos, gente que no había perdido su casa está ayudando al resto. Y son tantas las pérdidas que no nos dan las manos para ir a todos lados”, lamentó.

Antes de cerrar, advirtió que “para colmo se supone que habían venido a ayudar a despejar el camino, lo cual terminó siendo mucho peor porque las mismas máquinas tiraron unos dos metros más de tierra adentro de todas las casas que estaban apunto de derrumbarse. Muchas se terminaron de derrumbar debido a esto”.