Bastó apenas una jornada después de que viajaran autoridades locales hasta Brasil para que confirmaran la noticia: el festival Rock in Río tiene asegurada su llegada a Chile.

El creador del emblemático festival y dueño de la marca, Roberto Medina, suscribió un acuerdo con el productor y empresario chileno Felipe Araya, quien contó con el apoyo de la personeros del Gobierno de Chile para avalar el proyecto.

Santiago se transformá en la segunda ciudad latinoamericana en contar con Rock in Río y el quinto lugar geográfico en el mundo donde se realiza elevento. El show también tiene versiones en Las Vegas, Madrid y Lisboa.

Medina resaltó a O Globo que "consideraba que Chile seria un país interesante para el Rock in Río y hace poco más de un mes fui contactado por un empresario chileno interesado en organizar el festival en Santiago. La idea es que el evento ocurra una semana antes del de Río para aprovechar la agenda de los artistas".

1.700 millones de reales (alrededor de 425 millones de dólares) es lo que se estima que el festival retribuyó a la ciudad carioca en su actual versión, atrayendo al público local y también cerca de 400 mil turistas.

 

Las proyecciones son auspiciosas para su homólogo chileno, aunque la intención es que en este caso el evento se extienda por cuatro días de un fin de semana, en vez de los siete repartidos en dos fines de semana como sucede con el espectáculo original.

Sólo en Rock in Río 2019 se presentaron bandas de la envergadura de Red Hot Chili Peppers, Slayer, Iron Maiden, Drake, Weezer, y culminará este domingo con las actuaciones de Imagine Dragons y Muse.