Seco, sólido, ídolo. Parte de los calificativos que sin duda engloban lo realizado por Rodrigo Villegas, quien reivindicó el humor en este Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar y que la gente recuperó las ganas de sonreír.
Todo esto, tras el episodio protagonizado por Belén Mora la noche anterior, cuando si bien arrancó de buena manera, luego no tuvo la capacidad para mantener prendido al respetable e hizo despertar al monstruo de la Quinta Vergara, pasando sin pena ni gloria por la Ciudad Jardín.
Pero Villegas es de otra cuerda, que no requiere demostrar ciertos dotes de sapiencia, sabiduria o con un discurso lleno de faltas de respetos y resentimientos, no. Él nos teletransporta a las vivencias que cualquier chileno ha experimentado, de situaciones normales y que de seguro en estas primeras horas del nuevo día, ya las palpamos.
Bien el Máquina, con chistes seguros y espontáneos, con cosas simples la rompió y qué mejor, que en la previa no se habla de él y temrina convirtiéndose en el mejor a falta de dos cómicos que restan por presentarse en el escenario.
Felicitaciones a Rodrigo, un tipo correcto, que siempre anda con la sonrisa y arriba haciendo un show es el mismo que si uno se lo encontrase caminando por la calle o haciendo una fila en un banco y ese se agradece, el público lo agradece y el monstruo se mantiene ahí, guardadito y descansando.
Fito, el Dios
Tan solo fueron 14 canciones y le quedaron muchos clásicos afuera, pero eso no fue impedimento para aplaudirlo por el hecho de demostrar toda su calidad, con banda musical y lo importante, el rock and roll estuvo presente en todo su esplendor y en un festival de melodías grabadas lo que llaman, movimiento urbano, eso se agradece.
En su quinta oportunidad en la Quinta Vergara, lo noté muy involucrado con sus músicos, con el público en una mancomunión insospechada si hasta casi se cayó tras tropezar con un parlante y que no pasó a mayores. Bien Fito Páez, hasta el momento el mejor y ese sitial solo se lo podría arrebatar Christina Aguilera.
El final de fiesta estuvo a cargo del español Rels B a quien agradezco de sus seis canciones, poquito en duración, intenso en escena. El público se quedó hasta el final, casi como con una fidelidad a mil y que no quedaron contentos, por el poco tiempo que estuvieron junto al mallorquín. Para mi, suficiente.
Tan solo nos quedan dos noches para que Viña 2023 sea solo un recuerdo, hay que aprovecharlas a full.