Chile ocupa uno de los primeros lugares en la lista de países con las jornadas laborales más extensas y el tiempo libre más caro dentro de la OCDE, según un estudio de Cvapp. Con un promedio de 1.963 horas trabajadas al año y salarios relativamente bajos, los trabajadores chilenos se enfrentan a una realidad en la que disfrutar de tiempo libre es un lujo que pocos pueden permitirse.
Jornadas laborales en Chile: Una carga pesada para los trabajadores
Chile se posiciona como uno de los países con jornadas laborales más largas dentro de la OCDE, con un promedio de 1.963 horas trabajadas anualmente en 2022. Esta cifra coloca al país un 12,05% por encima de la media de la OCDE, situándolo como el cuarto país con la jornada laboral más extensa, superado solo por Colombia, México y Costa Rica.
Los trabajadores chilenos no solo dedican más horas al trabajo, sino que también reciben salarios que no compensan adecuadamente su esfuerzo, lo que impacta directamente en su calidad de vida.
De todos modos, es importante mencionar que en Chile se han implementado políticas al respecto. Este 2024 comenzó a regir la Ley 40 horas, que reduce la jornada laboral de forma paulatina, desde 45 horas a 40 horas semanales en 2028.
Asimismo, este año se logró incrementar el sueldo mínimo de $500.000, un alza histórica para el país.
El costo del tiempo libre: Un lujo que pocos pueden permitirse
El análisis realizado por Cvapp revela que Chile es el cuarto país de la OCDE donde el tiempo libre es más costoso, con un índice de 12,51. Este índice, que refleja la relación entre el tiempo trabajado y los ingresos obtenidos, subraya la realidad de que en Chile, el descanso y la recreación son privilegios que pocos pueden disfrutar plenamente.
A modo de comparación, países como Islandia, Luxemburgo y Dinamarca presentan índices mucho más bajos, lo que les permite a sus ciudadanos un equilibrio más saludable entre trabajo y vida personal.
La carga adicional del tiempo de traslado
A las largas jornadas laborales se suma el tiempo dedicado al traslado, que en promedio es de 39 minutos diarios. Esto significa que, en un año, los chilenos dedican alrededor de 155 horas solo a trasladarse entre su hogar y su lugar de trabajo.
Este tiempo, que no se incluye en las horas trabajadas oficialmente, reduce aún más el ya limitado tiempo libre disponible, incrementando el estrés y afectando negativamente la calidad de vida.
Desigualdad regional en el costo del tiempo libre
Las regiones de Chile también muestran disparidades significativas en cuanto al costo del tiempo libre. Mientras que en La Araucanía, Arica y Parinacota, y O’Higgins el tiempo libre es especialmente costoso, con índices de 9,02, 8,37 y 8,25 respectivamente, otras regiones como Tarapacá, Maule y la Metropolitana ofrecen un tiempo libre más accesible.
Estas diferencias reflejan la desigualdad económica y laboral existente en el país, donde el lugar de residencia puede determinar en gran medida la calidad de vida de los trabajadores.
Comparación con otros países de la OCDE
En comparación con otros países de la OCDE, Chile presenta una situación preocupante. Mientras que en países como Alemania, Islandia y Dinamarca los trabajadores disfrutan de jornadas laborales más cortas y un mayor equilibrio entre trabajo y vida personal, en Chile la realidad es mucho más exigente.
Para alcanzar el salario base de la OCDE, un trabajador chileno tendría que dedicar aproximadamente 3.173 horas, un 62% más que la media de la organización, lo que evidencia la brecha existente en términos de calidad de vida.