Nadie dijo que sería sencillo escribir una nueva constitución. Por eso, la ciudadanía ha seguido con expectación el trabajo de la Convención Constituyente y de todo un proceso que se extenderá por más de dos años.

El 25 de octubre de 2020, el 78 por ciento de los chilenos aprobó la creación de una nueva carta fundamental. Siete meses después, se eligieron 155 representantes, quienes, desde el 4 de julio de 2021, tienen otros nueve meses de plazo prorrogable para redactar el documento.

Entre medio ha pasado mucha agua bajo el puente, incluyendo episodios como el del constituyente Rodrigo Rojas Vade, quien se hizo conocido como una persona enferma que defendía el derecho a una salud digna.

Sin embargo, pocos meses después de asumir su cargo, confesó que no sufre de cáncer. Hoy no asiste a la Convención -no existe la opción de renunciar a este cargo-, por lo que el quórum bajó a 154 constituyentes.

Pero también hay aspectos positivos, como la participación de los ciudadanos, que se hizo real con la presentación de 2.496 iniciativas populares de norma, en que los chilenos expusieron ideas debían estar contenidas en la nueva constitución.

De ellas, 77 lograron las 15 mil firmas, por lo que serán analizadas en las comisiones de la convención.  Y ya esta semana, comenzarán a votarse las propuestas en el pleno.

La controvertida idea de Pablo Longueira
 

El proceso también han tenido que asumir duras críticas de un sector. Y el último mensaje vino de parte del ex político de derecha Pablo Longueira, quien, en una carta a El Mercurio, propuso una innovadora fórmula: en caso de rechazarse la nueva Constitución: Realizar una nueva elección de constituyentes para intentar crear otra carta magna.

La idea fue rechazada por amplios sectores. César Fuenzalida, militante del Partido Socialista y coordinador de la comisión de Derechos Fundamentales, fue claro: "Cuando uno tiene juicios tan categóricos, sin haberse despachado ni una sola norma del Pleno, lo que está detrás de eso es claramente iniciar la estrategia del rechazo".

Catalina Pérez, disputada de Revolución Democrática, expuso que "la intención de su sector es clara: mantener el sistema social y económico que les ha permitido acumular riqueza y privilegios a costa de las grandes empresas y mayorías de este país". 

Ahora los constituyentes comenzarán la votación de las normas para armar la nueva constitución, la que debería ser votada en septiembre próximo.