Pese a que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se preveía que este 2023 sería el año donde se pondría fin a la emergencia por COVID-19, el pasado viernes 27 de enero se decidió mantener el nivel máximo de alerta, a tres años de declararse la enfermedad como urgencia de salud pública internacional.
El pasado viernes se reunió el Comité de Urgencia sobre el COVID-19, instancia compuesta por expertos en salud, donde se recomendó mantener el nivel máximo de alerta, sugerencia que fue seguida por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Cabe recordar que el mismo comité decidió declarar la epidemia del coronavirus como emergencia de salud pública internacional el día 30 de enero del 2020, en momentos donde el virus solo se propagaba por China, contabilizando cerca de 100 casos y no se registraba aún ningún deceso a causa de la pandemia mundial.
Pese a que Tedros visualizaba para este año el fin del COVID-19 como una urgencia de salud pública internacional, para el director de la OMS, aún era un tanto prematuro levantar el nivel de alerta más alto, señalando estar “muy preocupado” ante el aumento de las muertes en algunos países.
“A pesar de que no quiero adelantarme a la opinión del comité de emergencia, continúo muy preocupado por la situación en muchos países y el creciente número de muertos”, declaró.
De acuerdo a cifras del organismo internacional de salud, desde fines del 2019, cuando se comenzaron a identificar los primeros casos en China, el coronavirus ha provocado, oficialmente, el fallecimiento de 6.804.491 muertes al viernes 27 de enero. Eso sí, tanto desde la OMS como por el lado de expertos, la cifra de defunciones sería mucho más elevadas.