Apenas se comentó la posible partida de Reinaldo Rueda a la banca de la selección chilena, una serie de nombres comenzaron a sonar como posibles reemplazantes del estratega cafetalero.

Uno de ellos es el de Gabriel Heinze, actual entrenador de Vélez Sarfield, donde tiene a un chileno bajo su cargo: Pablo Galdames.

El Gringo es un director técnico que desde sus inicios se le vinculó a Marcelo Bielsa, ya sea por la forma de vivir el fútbol, por su método de trabajo o porque lisa y llanamente los vincula el origen en Newells Old Boys.

 

Heinze en entrevista con La Nación dejó en claro que no le gusta que lo asemejen al Loco: "Marcelo está a un paso gigante del resto. Yo recién empiezo. No estoy ni cerca de alguien de su talla, vincularme en algo con él es faltarle el respeto. Me da mucha vergüenza que me comparen en algo con Marcelo Bielsa".

Y medio en broma, medio en serio, llegó a decir "intentaré caminar lo menos posible entonces", haciendo alusión a los miles de pasos que da Bielsa cuando dirige.

Heinze aunque lo niegue, es muy parecido al hoy entrenador del Leeds, así se entiende se sus conceptos, tales como "sin intensidad no se puede jugar al fútbol, así lo veo yo. No voy a aceptar que un jugador dosifique sus esfuerzos".

Desconfía de la prensa como su mentor e intenta guardar su vida privada bajo siete llaves. "De la intimidad quiero que sepan muy poco. Al fútbol le dedico todo el tiempo que haga falta porque esto me encanta y no sé hacer otra cosa", confesó.

Ha tomado medidas impopulares como prohibir el Playstation en las concentraciones y limitar los celulares entendiendo que la tecnología coarta las relaciones directas entre los jugadores. Tampoco le gustan los dirigentes en las prácticas o en los camarines, no transa con eso.

 

En relación al trato con el jugador, Heinze cuenta que "cuando empecé como entrenador quería ser distante, estar muy lejos del jugador. Pero aprendí que estaba equivocado, hay que estar cada vez más cerca porque tienen muchísimos problemas".

"El entrenador no debe solamente dar indicaciones, hoy hay que hacerse cargo de muchas más cosas. Hoy los chicos te necesitan cerca, te piden constantemente consejos. Y mucho más si el chico crece; valora que vos le dediques tiempo y te pide más", agrega.

Con rostro serio, asegura que no le gustan los palmoteos en la espalda, menos si vienen de la prensa. "A partir de los elogios es más probable que te equivoques, en ese sentido las críticas son más confiables", analiza.

En las conferencias de prensa muchas veces ha corregido a periodistas y reporteros y está lejos de la diplomacia que gobiernan generalmente estas actividades.

 

El increíble currículum de Gabriel Heinze

Se inició como defensor en el club Newells Old Boys, donde apenas disputó ocho partidos en primera división para partir rápidamente al Valladolid.

Luego vino un interminable periplo que incluyo al Sporting Lisboa, PSG, Manchester United, Real Madrid, Olympique de Marsella, AS Roma para terminar donde todo empezó: Newells.

Como datos anecdóticos podemos consignar que en el cuadro de la capital italiana fue compañero de David Pizarro y que en la temporada 2013 defendiendo a la Lepra, por Copa Libertadores enfrentó a la Universidad de Chile de Darío Franco.

Conforme su larga carrera fue dirigido por diversos técnicos, entre los que destacan Alex Ferguson, Fabio Capello, Didier Deschamps, Marcelo Bielsa, Luis Enrique, Mirko Jozic y Gerardo Martino.

Fue compañero de Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Ronaldinho, Fabio Cannavaro, Roy Keane, Raúl, Paul Scholes, Iker Casillas, Robinho, Ryan Giggs, Ruud Van Nistelrooy, Sergio Ramos, Wayne Rooney, Sneijder, Anelka, Gerard Piqué, Francesco Totti.

Como entrenador, partió sin título

Luego del retiro, Gabriel Heinze hizo terapia para dejar atrás al futbolista y abocarse de lleno a un nuevo reto: ser entrenador.

El 2015 comenzó en Godoy Cruz donde al no tener aún el título de director técnico, debía dirigir desde las gradas, algo que le trajo muchos problemas y terminó siendo despedido a los tres meses de haber sido contratado.

Ya con los papeles en regla asumió en Argentinos Juniors en 2016 donde pese a ser muy criticado en su inicio, logra ascender con el Bicho a primera división, ganándose los elogios de todo el medio trasandino.

En 2018 da un paso grande en su novel carrera como entrenador al firmar con Vélez Sarfield, donde de estar en posiciones de descenso, lo metió a pelear por ir a copas internacionales, dándose el gusto por ejemplo, de ganarle en su propia cancha al River Plate de Marcelo Gallardo.