Uno de los mejores tenistas del mundo es el argentino Diego Schwartzman, quien está en el lugar 14º del escalafón mundial, pese a su corta estatura, 1.68 metros, siendo uno de los más bajos del circuito ATP.

El transandino dio una extensa entrevista al sitio oficial de la ATP, donde dijo que ser bajo no es para nada un problema en su vida, sino que un reto, contando además que cuando niño tuvo una infancia compleja.

“He tenido problemas menores por medir 10 centímetros menos que todos los demás. Mucha gente me pregunta sobre mi estatura y les digo eso. Cuando entro en una cancha no estoy pensando en lo alto que soy o en cuanto es más alto mi oponente”, dijo sobre la estatura.

“Hay diferencia sí, pero, ¿qué ocurre con ello? Quizá con 15 centímetros más sacaría mejor y pegaría con más potencia. Pero mi altura no va a cambiar, no me despertaré siendo Karlovic o Isner”, agregó.

Pero el Peque fue más allá al decir que “tengo muchas razones por las cuales no hubiera llegado a ser tenista profesional, y ninguna de ellas tiene que ver con mi altura. He tenido bastantes peores cosas en mi vida que ser bajito”.

Schwartzman se dio el tiempo de hablar de su niñez, asegurando que su familia pasó por problemas económicos. Además, contó que tuvo que elegir entre jugar tenis o fútbol.

“Antes de que naciera mi familia se labraba una vida realmente buena en Sudamérica. Ganaron mucho dinero con una compañía de ropa y joyería. Su vida era asombrosa con casas, coches y vacaciones. Las cosas cambiaron después de nacer yo. Mi familia lo perdió tras reducir Argentina las importaciones en los años 90. Todo fue de mal en peor ya que mi padre gastó más dinero tratando de adquirir los productos fuera del país. Quedamos sin lujos, solo nosotros como familia, teniéndonos que ganar la vida como podíamos”, reveló.

El argentino está en la élite mundial, pese a su corta estatura.