España dio una señal clara de sus intenciones de recibir la Copa del Mundo del 2030 y organizó una reunión entre el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, con la idea de comenzar a trabajar en una futura candidatura ibérica.
La opción de España se enmarca aún en dos posibilidades, la primera organizarla en solitario al igual que en 1982 y la segunda, y más posible por los costos y la logística que significa recibir a 48 selecciones, es compartir la sede con sus vecinos Portugal y Marruecos.
La opción norafricana es la más fuerte hasta ahora y la única que fue oficial. Ya perdió la votación ante la candidatura norteamericana y el mismo día de los sufragios de la Copa del 2026 anunció que irá por la del 2030. Para ello, según medios locales afines al gobierno, intentarán convencer a España y Portugal de sumarse y hacer una oferta mucho más atrayente.
La facilidad de que Marruecos se una con dos países europeos pareciera solo traer beneficios. Si se suman las federaciones que integran la UEFA y la CAF se llega a 99 países, lo que prácticamente asegura el triunfo en una votación en la FIFA al tener poco menos del 50% de los sufragios. Además la cercanía entre las capitales de los tres países no se extiende de más de dos horas de vuelo, sumado a la cercanía cultural de la península con el norte africano.
En la reunión también estuvo el presidente de la federación española, Luis Rubiales, que espera sumar opciones para que España sea sede de la Eurocopa 2028. La designación de la localía para este torneo en 2024 se definirá a finales de septiembre y son Alemania y Turquía los competidores.
La Federación calificó de “cordial y productiva” la reunión que tuvieron con Infantino y el gobierno español y que a partir de acá se espera que la relación sea positiva.
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