Jordan Herzog es un niño de 14 años que vive el sueño del pibe. Su padre, David Herzog, lo retiró del colegio hace unos meses para que se enfoque es su carrera de gamer. La intención es que su hijo entrene rigurosamente para convertirse en el gran campeón mundial de Fortnite.
Desde hace algún tiempo Jordan, conocido en videojuegos como CRIMZ, no asiste a la escuela y cubría las necesidades académicas con cursos en línea. Sin embargo, actualmente tiene el permiso de su padre para dejar completamente de lado su educación. Entrena, o juega, todo el día.
El hecho no ha pasado desapercibido y son muchos los que consideran la decisión del padre como una estupidez y hasta un delito que pasa a llevar los derechos del niños.
Cabe destacar que Jordan mostró gran aptitud para los videojuegos desde los tres años y se convirtió en jugador profesional de Halo a los 7 años. Hasta ahora ha ganado cerca de 60 mil dólares en premios y se apronta para la Copa Mundial de Fortnite.
“Planeo ganar lo suficiente para no tener que trabajar el resto de mi vida. Este año ganaré sobre 100.000 ó 150.000 dólares como mínimo”, dijo Jordan al Boston Globe.
Por su parte, Herzog padre argumentó que el niño “aprende más de los videojuegos que de los libros. Le envié una carta a su ex director de escuela mostrándole sus grandes avances y logros”.
CRIMZ está clasificado a las finales del Fortnite, juego desarrollado por Epic Games que logró popularidad desde su estreno en 2017. Si resulta campeón se embolsará 5 millones de dólares.