Una de las últimas grandes polémicas que se vivió en el fútbol femenino mundial tuvo como protagonista a la Selección de Canadá, la cual recibió una resta de puntos durante los Juegos Olímpicos de París 2024, acusadas de realizar “espionaje”.
Según el dictamen de la FIFA, el cuadro de la “Hoja de Maple” utilizó drones para observar los entrenamientos de su par de Nueva Zelanda, aunque la propia federación de ese país comprobó que aquello se realizaba de forma sistemática.
Pues este escándalo no queda allí. El medio “The Globe and Mail” dio a conocer que durante los Juegos Olímpicos, se generó un “ambiente tóxico” dentro de la selección de Canadá, donde se habla de métodos “poco convencionales” para espiar.
El “ambiente tóxico” en la selección de Canadá
La publicación detalla la existencia de “prácticas” como ataques de pánico y fiestas de asistencia obligatoria en la previa a los juegos del equipo, en las cuales afirman que “se bebía demasiado”.
No sólo eso. Además durante estas “sesiones de bebida”, las jugadoras de Canadá observaron cómo se “arrojaban juguetes sexuales“, y al mismo tiempo, se les realizaban “preguntas sexualmente explícitas como parte de los juegos de la fiesta”.
En el reportaje, el medio da cuenta de la existencia de dos videos, uno de Beverly Priestman, ex entrenadora de la selección, bailando hasta altas horas de la madrugada. Y otro, con parte del staff en traje de baño y bailando conga.
¿Qué dice la Federación al respecto?
En un comunicado público, el portavoz de la federación Paulo Senra indicó que “la organización ha introducido reformas y no debe definirse por la acciones de individuos que ya no están involucrados con ellos“.
“En Canadá existe un nuevo liderazgo y un compromiso total con la excelencia, la integridad, la transparencia y la responsabilidad en todos los ámbitos de las operaciones”, finalizó el directivo.