Bien equivocado está quien piensa que el fútbol son solo 22 tipos corriendo detrás de una pelota. Este deporte es sentimiento en estado puro: por lo que sucede dentro de la cancha y especialmente, los símbolos que se transmiten fuera de ella.
Si no, que le pregunten al chiquillo chileno en Estados Unidos que pudo conocer a Arturo Vidal a la salida de uno de los puntos de concentración de la Roja durante su último paso por Houston, donde ayer la Roja igualó a un tanto con la selección estadounidense.
El pequeño se ve llorando de emoción mientras el King le firma la camiseta.
Vidal se había retirado del estadio en Houston bien molesto con la prensa, siendo uno de los pocos que “habló”, al decir poco y nada tras el empate con los estadounidenses. Pero cuando se trata de hinchas, mucho más un niño y siendo el King padre de tres, la cosa cambia.